Big Orange vuelve a brillar: el histórico reloj de neón ilumina el centro de Miami para recibir el Año Nuevo

El centro de Miami vuelve a iluminarse con uno de sus símbolos más reconocibles de fin de año: el emblemático reloj de neón Big Orange. La gigantesca esfera luminosa ya fue instalada frente al Hotel InterContinental Miami, convirtiéndose nuevamente en el eje visual y simbólico de la cuenta regresiva para recibir el Año Nuevo.

Cada diciembre, el Big Orange reaparece como una señal inequívoca de que la ciudad entra en modo celebración. Para residentes, turistas y trabajadores del downtown, su presencia anuncia no solo el cierre del calendario, sino también la continuidad de una tradición que ha acompañado a Miami durante generaciones.


Una tradición que cumple cuatro décadas

La edición de este año tiene un significado especial: el Neon Big Orange celebra su 40.º aniversario como parte de las celebraciones oficiales de Año Nuevo en la ciudad. Desde su primera aparición en la década de 1980, la esfera ha evolucionado tecnológicamente, pero ha conservado su esencia como ícono urbano y punto de encuentro colectivo.

A lo largo de los años, el reloj ha sido testigo de cambios profundos en Miami: transformaciones urbanas, ciclos económicos, huracanes, crisis y celebraciones históricas. Su permanencia ha reforzado su valor simbólico, hasta convertirse en una tradición local comparable a otros rituales de fin de año en grandes metrópolis del mundo.

Una estructura monumental convertida en arte público

El Big Orange mide aproximadamente 35 pies de altura y pesa cerca de 2,000 libras. Más allá de su función como reloj, es considerado una pieza de arte público monumental, diseñada para interactuar con el entorno urbano y el skyline del downtown.

Durante la noche del 31 de diciembre, la esfera asciende lentamente por la fachada del hotel hasta alcanzar su punto más alto exactamente a la medianoche. Ese momento marca el cierre oficial del año viejo y la llegada del nuevo, acompañado por luces, música y celebraciones masivas en el área.


«Hemos tenido una racha increíble. Funciona todos los años; de vez en cuando, teníamos algún pequeño problema: teníamos que desmontarlo, quizá se estropeaba un transformador, poner otro y volver a montarlo, pero ha funcionado durante 39 años», expresó el propietario, Steve Carpenter. «Es increíble, cuando lo construí y lo diseñé para que encajara en este edificio, nunca soñé que duraría tanto tiempo, es increíble», agregó.

Renovaciones tecnológicas y efectos visuales mejorados

Para esta edición, el reloj presenta actualizaciones en su sistema de iluminación LED, con nuevos efectos visuales diseñados para intensificar el espectáculo nocturno y mejorar su visibilidad desde distintos puntos del centro de la ciudad.

Las autoridades locales estiman que más de 100,000 personas podrían congregarse en el downtown para presenciar la cuenta regresiva, una cifra que consolida al evento como uno de los actos públicos más concurridos del calendario festivo en el sur de Florida.

Una celebración pensada para residentes y turistas

El regreso del Big Orange forma parte de una programación más amplia para la víspera de Año Nuevo, que incluye presentaciones musicales en vivo, áreas gastronómicas con camiones de comida y actividades pensadas para distintos públicos, desde familias hasta visitantes internacionales.

La ubicación estratégica frente al InterContinental Miami permite una fácil conexión con el transporte público y con otras actividades culturales y comerciales del centro, reforzando el papel del downtown como epicentro de grandes eventos urbanos.

Reconocimiento a su creador y legado cultural

Como parte del aniversario, se anunció un reconocimiento especial para Steve Carpenter, propietario de la empresa Mr. Neon y creador del Big Orange. La alcaldesa de Miami, Eileen Higgins, entregará una llave de la ciudad en homenaje a las cuatro décadas en que esta instalación ha formado parte del imaginario colectivo local.

El reconocimiento subraya el valor del reloj no solo como atractivo festivo, sino como una contribución duradera al patrimonio cultural y visual de Miami.

Un punto de encuentro que define el espíritu de la ciudad

Más allá de su estructura física, el Neon Big Orange funciona como un espacio simbólico de reunión. Cada año, miles de personas de distintos orígenes se congregan frente al reloj para compartir los últimos segundos del año, en un ritual que refuerza el sentido de comunidad y pertenencia urbana.

Con su regreso, Miami reafirma una tradición que combina historia, innovación tecnológica y celebración colectiva, consolidando al Big Orange como una de las imágenes más representativas del cierre de año en la ciudad y como un recordatorio de cómo el espacio público puede convertirse en escenario de memoria compartida.


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