Una intensa balacera sacudió la tranquilidad de North Miami la tarde del miércoles, dejando como saldo a dos agentes de policía heridos y a un sospechoso hospitalizado en estado grave. El incidente se desató tras la persecución de un vehículo reportado como robado.
De acuerdo con el reporte oficial, los hechos comenzaron alrededor de las 4:15 p.m. en el bloque 400 de la calle 137 NE en un complejo de apartamentos, cuando agentes de la Policía de North Miami detectaron un automóvil robado y solicitaron apoyo de la Oficina del Sheriff de Miami-Dade. La situación escaló rápidamente cuando, al interceptar el vehículo, se produjo un intercambio de disparos entre los ocupantes y las fuerzas del orden.
En el tiroteo, un sospechoso recibió múltiples impactos de bala y fue trasladado de urgencia a un hospital local sin que las autoridades hasta ahora hayan revelado su identidad. Por su parte, dos oficiales resultaron lesionados, aunque sus heridas fueron catalogadas como leves y no fueron causadas por impactos de bala. Hasta el momento, las autoridades no han revelado las identidades de los policías.
“Un sujeto masculino fue impactado por múltiples disparos. Fue transportado al hospital para tratamiento médico. Dos oficiales de North Miami resultaron heridos”, dijo la jefa de policía de North Miami Cherise Gause a la prensa local que dio cobertura al incidente. Cuando se le preguntó si los sospechosos habían disparado sus armas no ofreció detalles.
El Departamento de Cumplimiento de la Ley de Florida (FDLE, por sus siglas en inglés) asumió la investigación, como parte del protocolo establecido en casos que involucran disparos de agentes de la ley. Testigos en la zona indicaron que todo se originó tras una persecución que culminó en el complejo de apartamentos cercano, donde el vehículo intentó ingresar mientras una mujer descendía apresuradamente. Algunos vecinos incluso señalaron que un oficial pudo haber quedado en la trayectoria del automóvil, versión que aún no ha sido confirmada por las autoridades, así mismo destacaron que esa zona es muy peligrosa y poco segura para los menores de edad.
Hasta la noche del miércoles, se había detenido a dos personas relacionadas con el incidente, aunque no se habían dado a conocer sus identidades ni los cargos que podrían enfrentar. Mientras tanto, la policía mantuvo acordonada la zona, asegurando que no existía una amenaza activa para la comunidad, aunque se desplegó un fuerte operativo de seguridad.
La violencia del tiroteo generó preocupación entre los residentes del área, quienes calificaron la zona de cada vez más peligrosa, temiendo por la seguridad de sus familias y especialmente de los niños. Las autoridades han solicitado la colaboración de cualquier persona que pueda aportar información relevante sobre el caso. Los canales habituales como Crime Stoppers y el FDLE permanecen abiertos para recibir datos de manera confidencial.
La comunidad espera ahora respuestas claras sobre lo ocurrido, mientras la investigación sigue su curso para esclarecer quién disparó primero, si el sospechoso estaba armado y cuáles podrían ser las responsabilidades de los implicados en este violento suceso.
Un hecho similar se produjo el lunes, cuando un tiroteo dentro de un complejo de apartamentos dejó a un hombre muerto y a otro herido, generando preocupación entre los vecinos y manteniendo a las autoridades en una intensa investigación para esclarecer lo sucedido. El incidente ocurrió alrededor de las 6:00 p.m. en el bloque 2041 NE 161st Street, en un apartamento del segundo piso, según confirmó la policía local.
Cuando los agentes llegaron al lugar tras recibir reportes de disparos, encontraron a dos hombres con heridas de bala. Ambos fueron trasladados al HCA Florida Aventura Hospital, donde uno de ellos falleció poco después, mientras que el otro permanece hospitalizado en condición estable. Hasta el momento, las autoridades no han realizado arrestos ni han divulgado las identidades de las víctimas, ni detalles sobre los posibles motivos que desataron el violento episodio. La escena permaneció acordonada mientras investigadores recopilaban evidencia y entrevistaban a testigos en el área.
La comunidad teme que este nuevo hecho de violencia pueda ser parte de una tendencia creciente de crímenes armados en la zona. Algunos residentes afirman que la inseguridad está desplazando a familias, y reclaman mayor presencia policial y programas comunitarios que ofrezcan alternativas a la violencia.
Padres de familia están particularmente alarmados, pues muchos niños viven y juegan en el complejo. Varias familias se han manifestado renuentes a permitir que sus hijos jueguen en las áreas comunes, al menos hasta que se conozcan más detalles sobre lo ocurrido y se determine si el incidente estuvo vinculado a actividades criminales más amplias.