La salud pública en Florida se encuentra bajo alerta tras confirmarse cinco muertes y 23 contagios provocados por la bacteria Vibrio vulnificus, conocida como la “bacteria come carne”. Los casos se han registrado en 16 condados, con decesos en Bay, Broward, Hillsborough y St. Johns, según reportes oficiales.
Especialistas del Departamento de Salud advierten que esta bacteria, propia de las aguas marinas cálidas, se ha convertido en un creciente reto para la salud pública, en particular entre las personas con defensas debilitadas.
Una amenaza que prospera en aguas cálidas
La Vibrio vulnificus es una bacteria que habita de manera natural en aguas marinas cálidas y salobres, condiciones frecuentes en la costa floridana durante el verano. Aunque puede provocar cuadros leves de diarrea o dolor abdominal, en casos severos ocasiona úlceras cutáneas, necrosis y septicemia, con una evolución rápida que puede resultar mortal.
Médicos especialistas advierten que, en situaciones extremas, la infección avanza con tal agresividad que es necesario practicar amputaciones para evitar que se extienda por todo el organismo.
¿Cómo se transmite?
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) señalan dos principales vías de contagio, en primer lugar, el consumo de mariscos crudos contaminados, especialmente ostras y, en segundo lugar, por exposición de heridas abiertas al agua de mar.
Por esta razón, playas y restaurantes de mariscos son escenarios donde el riesgo de infección aumenta, sobre todo en plena temporada turística.
Personas en mayor riesgo
Los grupos más vulnerables son aquellos con diabetes, enfermedades hepáticas o renales, así como quienes presentan sistemas inmunológicos debilitados. En estos casos, la tasa de mortalidad es considerablemente mayor y la infección puede avanzar en cuestión de horas.
Estadísticas y antecedentes
El brote actual se suma a una serie de episodios similares en los últimos años. En 2022, tras el paso del huracán Ian, se registraron 74 contagios y 17 muertes en Florida. En 2023 y 2024 la incidencia se mantuvo elevada, con cifras de dos dígitos en casos fatales. En lo que va de 2025, los 23 casos y cinco muertes superan el promedio de temporadas anteriores, lo que genera preocupación entre epidemiólogos.
El CDC estima que, a nivel nacional, esta bacteria provoca alrededor de 80.000 infecciones y 100 muertes cada año, la mayoría en el sureste de Estados Unidos.
Para confirmar la presencia de Vibrio vulnificus, los médicos recurren a análisis de sangre, heces o muestras tomadas de la lesión. Los expertos insisten en que, si el diagnóstico se establece a tiempo, la administración de antibióticos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
No obstante, los especialistas advierten que la bacteria puede penetrar rápidamente en el torrente sanguíneo, provocando septicemia y, en numerosos casos, la muerte. En situaciones extremas, la amputación de los miembros afectados se convierte en la única alternativa para preservar la vida.
Desde 1988, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han documentado más de 900 contagios en la región del Golfo de México. Aunque se trata de un padecimiento poco común, su elevada mortalidad ha obligado a las autoridades sanitarias a reforzar los sistemas de vigilancia y prevención.
Recomendaciones de prevención
Las autoridades sanitarias insisten en reforzar medidas preventivas:
- Evitar comer ostras y mariscos crudos.
- Cubrir adecuadamente heridas, cortes o tatuajes recientes antes de entrar al mar.
- Lavar inmediatamente cualquier raspón que haya tenido contacto con agua salada.
- Acudir al médico sin demora si se presentan fiebre, escalofríos, hinchazón o enrojecimiento tras el contacto con el mar.
Impacto económico y turístico
El repunte de casos ocurre en plena temporada alta de turismo, lo que preocupa al sector hotelero y gastronómico. Algunos balnearios han reportado cancelaciones de reservas, mientras restaurantes especializados en mariscos refuerzan campañas para garantizar la inocuidad de sus productos.
Una amenaza en expansión
Expertos advierten que el cambio climático y el aumento de la temperatura de los océanos podrían favorecer la propagación de la bacteria en los próximos años. Además, fenómenos extremos como huracanes e inundaciones alteran los ecosistemas costeros y contribuyen a su expansión.