Autoridades hacen un llamado a la comunidad para que ayude al esclarecimiento del accidente náutico en la Bahía de Biscayne que dejó dos niñas fallecidas y varios heridos

Accidente náutico en Bahía de Biscayne. Foto: Cuenta de X de USCG Southeast y video de YouTube de Univisión Miami

La Guardia Costera de Estados Unidos continúa investigando el trágico accidente náutico ocurrido el lunes 28 de julio en aguas de la bahía de Biscayne, frente a la Isla Hibiscus, donde una barcaza colisionó con un velero en el que navegaban cinco niñas y una instructora. El impacto causó la muerte de dos menores y dejó varias heridas, en un hecho que ha conmocionado a la comunidad local e internacional.

Autoridades piden colaboración del público

La Guardia Costera, responsable de la investigación, ha solicitado la colaboración ciudadana para esclarecer los hechos. El Capitán Frank Florio, comandante del Sector Miami, hizo un llamado a cualquier persona que haya presenciado el accidente o tenga imágenes, videos o testimonios relevantes a comunicarse con las autoridades. Los reportes pueden enviarse al correo electrónico MiamilO@uscg.mil.


“Estamos realizando una investigación exhaustiva para entender qué ocurrió y evitar que algo así vuelva a suceder”, afirmó Florio. “Nuestros pensamientos están con las familias afectadas, y agradecemos cualquier ayuda del público que nos permita avanzar más rápidamente”.

Una tragedia en medio del verano

El siniestro ocurrió alrededor de las 11:00 a.m., cuando el velero, perteneciente a un campamento de verano de vela para jóvenes, fue embestido por una barcaza que transportaba una grúa y era remolcada por otra embarcación. Según el informe preliminar, el velero quedó atrapado debajo de la estructura y se hundió rápidamente, lo que provocó que las seis personas a bordo cayeran al agua.

Las víctimas fatales fueron identificadas como Mila Yankeleich, de 7 años y nacionalidad argentina, y Erin Victoria Ko Han, de 13 años y ciudadana chilena. Ambas fueron rescatadas con vida, pero en estado crítico, y trasladadas al Jackson Memorial Hospital, donde fallecieron poco después producto de ahogamiento según explicaron los forenses. Otras dos menores, de 8 y 11 años, resultaron gravemente heridas; una de ellas fue dada de alta recientemente. Las otras dos sobrevivientes, una adolescente de 12 años y una joven instructora de 19, fueron atendidas en el lugar sin necesidad de hospitalización.

Las niñas participaban en un campamento de vela organizado por la fundación Youth Sailing Foundation of Miami, una entidad sin fines de lucro que promueve la navegación entre niños y adolescentes. El grupo había zarpado como parte de su rutina diaria de prácticas, sin imaginar que se convertiría en una jornada trágica.


Como parte de los procedimientos, se realizaron pruebas toxicológicas a los operadores tanto del velero como de la barcaza y del remolcador. Todas resultaron negativas para alcohol y drogas. Por el momento, no se han presentado cargos ni se ha confirmado ninguna responsabilidad penal.

Zona restringida y labores técnicas

El lugar del accidente permanece bajo vigilancia. Se ha establecido un perímetro de seguridad de 250 yardas alrededor del velero hundido, el cual aún se encuentra sumergido en la bahía. Equipos especializados trabajan en la recuperación de pruebas y en la extracción de la embarcación para su análisis forense.

Aunque la barcaza involucrada en la colisión estaba registrada y operaba legalmente, se investiga si hubo fallas de comunicación, negligencia o errores de navegación en la zona, la cual es transitada frecuentemente por embarcaciones recreativas y comerciales.

Dolor y silencio institucional

La tragedia ha generado una oleada de dolor entre las comunidades argentinas y chilenas en el sur de Florida, así como entre los participantes del campamento. Hasta ahora, la organización responsable del programa de vela ha evitado pronunciarse públicamente, aunque se espera una declaración en los próximos días.

Mientras tanto, familiares de las víctimas y ciudadanos de diferentes partes del mundo han expresado su indignación en redes sociales, reclamando mayores medidas de seguridad en las actividades acuáticas y una revisión de los protocolos de navegación en zonas compartidas por embarcaciones pequeñas y grandes estructuras flotantes.

Contexto y antecedentes

El campamento forma parte de una red de programas de verano que, cada año, atraen a cientos de niños de distintas nacionalidades. La bahía de Biscayne, por su acceso y condiciones favorables para la navegación, es uno de los sitios más usados para este tipo de actividades. Sin embargo, incidentes como el ocurrido esta semana ponen en evidencia los riesgos latentes cuando no hay una estricta coordinación entre todos los actores del entorno marítimo.

En 2024, el condado de Miami-Dade reportó más de 30 incidentes náuticos que involucraron colisiones, naufragios o rescates de emergencia, según datos del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Florida. Aunque la mayoría no resultaron fatales, este accidente representa uno de los más graves registrados en la última década.

Un llamado a la responsabilidad

La investigación continúa abierta y se espera que en los próximos días se publiquen nuevos detalles sobre el análisis técnico de las embarcaciones, los registros de navegación y la cadena de mando de los operadores implicados.

Mientras tanto, la comunidad espera respuestas claras y acciones concretas que garanticen mayor seguridad para los menores que participan en este tipo de programas. La tragedia ha dejado una marca imborrable y un llamado urgente a reforzar las normas de prevención en aguas que, si bien invitan al esparcimiento, pueden convertirse en escenario de tragedias irreparables.


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