«Arte bajo el mar»: Miami Beach inaugura el primer parque de esculturas submarinas de Estados Unidos

Arte acuático en Miami. Foto: Video de YouTube de 7 News

Miami Beach ha iniciado oficialmente la primera fase de uno de los proyectos más innovadores y ambiciosos de su historia reciente: el parque público de esculturas submarinas REEFLINE, una iniciativa que promete convertir el fondo marino del sur de Florida en una galería de arte viviente. El objetivo no solo es crear un espacio único para el turismo ecológico, sino también proteger la costa y regenerar el ecosistema coralino, cada vez más amenazado por el cambio climático.

Un proyecto pionero que unirá arte y conservación

REEFLINE se concibe como un corredor de arte submarino de siete millas de longitud, compuesto por esculturas ecológicas que servirán de hábitat para peces, corales y otras especies marinas. La primera fase, que acaba de ponerse en marcha frente a la calle Fourth Street de Miami Beach, incluyó el hundimiento de once automóviles de hormigón, una instalación diseñada por el reconocido artista Leandro Erlich.


Las piezas recrean una escena de tráfico inmóvil bajo el mar, un guiño al paisaje urbano que caracteriza a Miami Beach, pero reinterpretado desde una perspectiva ecológica. Estos autos, fabricados con concreto especial que imita las propiedades químicas de los arrecifes naturales, serán colonizados con el tiempo por corales y organismos marinos, transformándose en estructuras vivas que aportarán beneficios ambientales duraderos.

«Aunque parezca que es solo una obra de arte o puede parecer un poco divertido que estemos poniendo autos en el océano, en realidad son bastante similares biológica y químicamente al tipo de hábitat en el que un coral crecería naturalmente. Inmediatamente proporcionará un hábitat para los peces», explicó el director de ciencia de REEFLINE, Colin Foord.

El artista argentino Leandro Erlich explicó que su obra busca “crear conciencia sobre la relación entre el ser humano y el entorno marino, recordándonos que incluso lo que arrojamos o abandonamos puede convertirse en vida si se maneja con responsabilidad y visión ecológica”.

Once fases hacia un arrecife artificial de clase mundial

El plan maestro del REEFLINE contempla once etapas de desarrollo, que se desplegarán a lo largo de varios años, con el objetivo de formar una colección de esculturas submarinas de nivel internacional. Cada fase incorporará obras de distintos artistas contemporáneos, combinando creatividad, ingeniería marina y restauración ecológica.

«Estamos abordando el poder de las artes para lograr y hacer visible lo que es invisible», dijo Brandi Reddick, directora ejecutiva de la firma.


Cuando el proyecto esté completo, se espera que el parque submarino abarque casi siete millas frente a la costa de Miami Beach, convirtiéndose en uno de los mayores arrecifes artificiales artísticos del mundo. Las futuras etapas incluirán no solo nuevas esculturas, sino también áreas diseñadas para la investigación científica y la educación ambiental, con programas para escuelas y universidades.

Un escudo natural frente al cambio climático

Más allá de su impacto cultural y turístico, REEFLINE tiene un propósito funcional: reforzar la resiliencia costera de Miami Beach ante la amenaza del aumento del nivel del mar y las tormentas cada vez más intensas. Las esculturas actúan como barreras naturales que reducen la fuerza de las olas y ayudan a evitar la erosión de las playas.

El uso de concreto ecológico —formulado para favorecer la fijación de corales y organismos marinos— convierte al parque en una herramienta doble: un símbolo artístico y una infraestructura ambiental activa. Los expertos estiman que, en pocos años, las estructuras estarán cubiertas de vida marina, contribuyendo a la biodiversidad y mejorando la calidad del agua.

Un nuevo atractivo turístico y educativo

El proyecto también busca posicionar a Miami Beach como un destino global de turismo ecológico y cultural, atrayendo tanto a buceadores profesionales como a visitantes curiosos interesados en el arte y la sostenibilidad.

Las autoridades locales destacan que REEFLINE será un espacio abierto, donde arte y naturaleza convivirán para inspirar conciencia ambiental. Además, se impulsarán programas educativos, visitas guiadas y colaboraciones con centros de investigación marina del sur de Florida.

“Queremos que Miami Beach sea reconocida no solo por su belleza superficial, sino por su compromiso con el futuro del planeta”, expresó uno de los promotores del proyecto, subrayando que la iniciativa busca “hacer visible lo invisible” al conectar a la comunidad con el mundo submarino.

Próximos pasos y expansión

La segunda tanda de once vehículos de concreto está programada para ser sumergida antes de que finalice octubre, marcando la continuidad del proyecto. Cada fase posterior incorporará nuevas obras y temáticas relacionadas con la relación entre el ser humano y el océano, invitando a artistas de renombre internacional a participar.

Con el tiempo, el parque espera integrarse en los circuitos turísticos y culturales más importantes del mundo, al mismo nivel que instalaciones como el Museo Atlántico de Lanzarote o el Museo Subacuático de Arte (MUSA) de Cancún, México.

Un símbolo de resiliencia para Miami

En un contexto donde Miami Beach enfrenta desafíos ambientales cada vez mayores —desde la subida del mar hasta la pérdida de biodiversidad marina—, REEFLINE representa una respuesta creativa y esperanzadora. A través del arte, la ciudad busca fortalecer su identidad como un espacio que mira al futuro, integrando desarrollo, sostenibilidad y conciencia global.

Con este parque submarino, Miami Beach no solo transforma su paisaje costero: redefine su vínculo con el océano, convirtiendo las profundidades del mar en un nuevo espacio de diálogo entre el arte, la naturaleza y la comunidad.


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