La tranquilidad del suroeste de Miami-Dade se vio alterada tras la detención de dos mujeres acusadas de operar una supuesta casa de juegos clandestina en el local conocido como Galaxy Arcade, ubicado en la intersección de la calle Ocho con la avenida 122. La investigación, liderada por detectives encubiertos del Departamento de Policía, sacó a la luz una red de apuestas que, según las autoridades, funcionaba al margen de la ley.
Una operación encubierta que destapó la ilegalidad
La investigación comenzó después de que residentes y clientes reportaran sospechas sobre la actividad del arcade, que aparentemente operaba como un negocio legítimo de entretenimiento. Para confirmar la denuncia, los detectives ingresaron al establecimiento utilizando dinero oficial. Tras jugar en varias máquinas tragamonedas, recibieron pagos en efectivo por sus supuestas ganancias, lo que dio la evidencia necesaria para solicitar una orden de registro.
Durante la redada, fueron arrestadas Beatriz Vichot (60) y Kenia Landa (52), señaladas como las responsables de la operación. Según el reporte policial, el negocio estaba diseñado para eludir las regulaciones estatales que controlan los juegos de azar en Florida.
Cómo funcionaba el “Galaxy Arcade”
De acuerdo con los agentes encubiertos, el local operaba como un salón de entretenimiento, pero en realidad albergaba máquinas tragamonedas no autorizadas que ofrecían dinero en efectivo a quienes lograban acumular puntos. Beatriz Vichot recibía a los clientes, les explicaba las promociones vigentes —incluida una oferta de 10 dólares adicionales por llegar temprano— y hablaba de organizar juegos de bingo si lograban reunir al menos diez participantes. También fue quien realizó los pagos en efectivo a los detectives. Por su parte, Kenia Landa llegó más tarde al sitio y, de igual forma, efectuó pagos en efectivo a otros jugadores, lo que reforzó la acusación en su contra.
Cargos presentados
Ambas mujeres enfrentan cargos por bookmaking (gestión de apuestas ilegales), posesión de dispositivos de juego prohibidos, empleadas de una operación de apuestas ilegal. En el caso de Landa, además, se le imputa por arrendar el local con el propósito de mantener la actividad clandestina.
En sus audiencias iniciales, un juez estableció fianzas de 3,150 dólares para Vichot y 3,650 dólares para Landa, lo que refleja la gravedad de los cargos y la posibilidad de que el proceso judicial se extienda en los próximos meses.
Un fenómeno recurrente en el condado
Este no es un caso aislado. En los últimos años, las autoridades de Miami-Dade han intensificado la persecución contra “casas de apuestas de fachada”, donde negocios como arcades, cafés o bares esconden máquinas ilegales que ofrecen dinero en efectivo, violando las regulaciones estatales.
En 2023 y 2024, la policía realizó operativos similares en Hialeah y Westchester, donde varias personas fueron arrestadas por mantener negocios clandestinos bajo dinámicas parecidas. Estos casos, aunque de menor escala que los grandes casinos, generan preocupación en las autoridades porque suelen atraer apuestas no reguladas, lavado de dinero y hasta disputas violentas.
Impacto social y económico
Las casas de apuestas ilegales no solo afectan al fisco —que deja de percibir ingresos por licencias e impuestos— sino también a los clientes, que carecen de garantías sobre sus ganancias y se exponen a fraudes. Además, estos establecimientos pueden convertirse en puntos de reunión para actividades ilícitas adicionales, aumentando la inseguridad en los barrios donde operan.
Expertos señalan que el crecimiento de estos negocios responde a una alta demanda de entretenimiento económico y accesible, frente a las estrictas leyes que regulan el juego en Florida, donde solo ciertos casinos tribales y loterías estatales tienen permiso oficial.
Declaraciones de las autoridades
Tras la operación, el sheriff de Miami-Dade resaltó que el Galaxy Arcade no tenía otro propósito que facilitar el juego ilegal, y reiteró que la policía continuará vigilando y actuando contra locales que funcionen fuera del marco legal. “El objetivo es proteger a la comunidad y garantizar que las actividades de juego se desarrollen de manera segura y regulada”, señaló.
El futuro del caso
Mientras Vichot y Landa enfrentan el proceso judicial, el local quedó bajo investigación para determinar si existen más implicados. No se descarta que los propietarios del inmueble enfrenten sanciones si se confirma que conocían el uso ilegal del espacio.
Este caso pone nuevamente sobre la mesa el debate en Florida sobre la legalización y expansión de los juegos de azar, un tema que divide a políticos, empresarios y comunidades, entre los beneficios económicos y los riesgos sociales que representa.