Apagones marcan la Navidad en Cuba y dejan a familias celebrando entre velas

La Navidad de 2025 llegó a Cuba envuelta en apagones prolongados, cortes imprevistos y una sensación generalizada de incertidumbre. La Unión Eléctrica (UNE) confirmó que el Sistema Eléctrico Nacional atraviesa uno de sus momentos más críticos del año, con un déficit de generación que obligó a aplicar apagones masivos justo durante la Nochebuena y el día de Navidad, una de las fechas más significativas para las familias cubanas.

Un sistema eléctrico al límite en plena celebración

Según el parte oficial de la UNE, la generación disponible en la mañana del 24 de diciembre se situaba alrededor de los 1,320 megavatios, mientras la demanda nacional superaba los 2,290 megavatios. El déficit, cercano a los 1,000 megavatios, colocó al sistema eléctrico al borde del colapso, con previsiones de afectaciones aún mayores durante el horario pico nocturno, cuando el consumo residencial aumenta de forma considerable.


Esta diferencia entre oferta y demanda dejó sin margen de maniobra a las autoridades eléctricas, incluso en un contexto festivo en el que tradicionalmente se intenta reducir las interrupciones del servicio.

Averías estructurales y falta de combustible

La UNE atribuyó los apagones a una combinación de problemas que se repiten desde hace meses. Varias unidades termoeléctricas permanecen fuera de servicio por averías, entre ellas centrales clave como Renté, Felton, Mariel y Diez de Octubre, mientras que reciben mantenimientos tres bloques del Mariel, Santa Cruz del Norte y Carlos Manuel de Céspedes. Estas salidas de operación han reducido de forma significativa la capacidad de generación base del país.

A estas dificultades se suman graves limitaciones en la generación térmica, con 536 megavatios actualmente fuera de servicio, así como una crisis de combustible que compromete 1,151 megavatios adicionales. Esta situación afecta tanto a las centrales distribuidas como a la Central Fuel de Moa y se ve agravada por la escasez de lubricantes necesarios para mantener las unidades en funcionamiento.

A ello se suma la escasez de combustible y lubricantes, un factor que ha obligado a detener numerosos grupos electrógenos distribuidos por distintas provincias. La dependencia de importaciones energéticas y las limitaciones financieras han convertido la disponibilidad de combustible en una variable impredecible, lo que dificulta cualquier planificación estable del servicio eléctrico.

Sin embargo, la propia empresa reconoce que este aporte resulta insuficiente para compensar el déficit actual, especialmente en el horario nocturno, cuando la generación solar desaparece y la demanda se mantiene elevada. La apuesta por las energías renovables, aunque relevante a largo plazo, no ha logrado aliviar la crisis inmediata que vive el sistema eléctrico nacional.


De cara al horario de mayor consumo, se prevé la incorporación de la unidad 6 de la CTE Mariel, con un aporte estimado de 20 megavatios, mientras la planta continúa incrementando gradualmente su carga.

Sin embargo, el panorama sigue siendo crítico. Las proyecciones oficiales anticipan una disponibilidad de apenas 1,340 megavatios, poco más de un tercio de la demanda máxima calculada en 3,300 megavatios. Esto se traduce en un déficit cercano a los 1,960 megavatios y en una afectación prevista que rozará los 1,990 megavatios, confirmando un escenario especialmente severo para el horario pico.

Energía solar: avances insuficientes frente a la emergencia

En los últimos meses, el Gobierno ha destacado la incorporación de nuevos parques solares como parte de su estrategia para diversificar la matriz energética. De acuerdo con la UNE, ya se han puesto en funcionamiento decenas de instalaciones fotovoltaicas que aportan varios cientos de megavatios durante el día.

La Habana: cortes prolongados y cronogramas incumplidos

En la capital del país, la Empresa Eléctrica de La Habana admitió que no ha sido posible cumplir con los apagones programados. En numerosos barrios se registraron interrupciones que superaron las 12 e incluso 14 horas consecutivas afectando así a varios bloques.

«Por la baja disponibilidad en la generación se le informa a nuestros usuarios que en la jornada de hoy NO será posible cumplir con la programación planificada. Serán afectados varios bloques por EMERGENCIA y según las exigencias del SEN lo permitan se irán rotando los bloques por los de mayor tiempo de afectación», dijo la Empresa Eléctrica de La Habana en su cuenta de Facebook.

La situación impactará directamente en la conservación de alimentos, la preparación de cenas familiares y el funcionamiento de servicios básicos. Para muchos residentes, la Navidad transcurrió sin iluminación, sin ventilación y con recursos mínimos, en un contexto de altas temperaturas y escasez generalizada.

El impacto cotidiano de una Navidad sin electricidad

Más allá de los datos técnicos, los apagones siguen teniendo un impacto directo en la vida diaria. Familias que habían logrado reunir alimentos para la cena navideña se verán obligadas a improvisar, mientras pequeños negocios y trabajadores por cuenta propia enfrentarán pérdidas adicionales por la falta de electricidad.

En redes sociales, numerosos ciudadanos expresan frustración y cansancio, señalando que la crisis energética se ha convertido en una constante que atraviesa todas las celebraciones y momentos importantes del año. La Navidad, lejos de ser una excepción, terminó reflejando la normalización de los apagones como parte de la rutina nacional.

Una crisis que no muestra soluciones inmediatas

El comunicado de la UNE no incluyó anuncios de medidas concretas a corto plazo que permitan revertir la situación. Las autoridades insisten en que cualquier mejora dependerá de la reincorporación de unidades generadoras averiadas y de la llegada de combustible suficiente, dos factores que siguen siendo inciertos.

Mientras tanto, la crisis energética continúa condicionando la vida económica y social del país. La Navidad de 2025 se suma así a una serie de fechas marcadas por apagones prolongados, reforzando la percepción de que los problemas del sistema eléctrico cubano son estructurales y de larga data.

Una Navidad que refleja un problema más profundo

La falta de electricidad durante una de las festividades más importantes del año ha vuelto a poner en primer plano el deterioro de la infraestructura energética de la isla. Para muchos cubanos, la oscuridad de esta Navidad no fue solo literal, sino también simbólica, al evidenciar la profundidad de una crisis que trasciende el ámbito eléctrico y se conecta con desafíos económicos y de gestión más amplios.

En ausencia de soluciones inmediatas, el país cierra el año con un sistema eléctrico frágil y una población cada vez más acostumbrada a celebrar incluso los momentos más significativos bajo la sombra de los apagones.


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