Apagón monumental en Cuba: el déficit roza los 1.800 MW y la Unión Eléctrica no logra estabilizar el SEN

Cuba amaneció nuevamente con un panorama crítico en su sistema eléctrico. De acuerdo con el parte oficial de la Unión Eléctrica (UNE), la disponibilidad de generación a las 06:00 horas era de apenas 1.325 MW frente a una demanda nacional de 2.404 MW. Esto significa que, incluso en un horario de bajo consumo, el país comenzó el día con un déficit de 1.082 MW, una cifra que normalmente corresponde al horario pico.

El parte advierte que en la noche la situación será aún más grave: se espera una demanda de 3.080 MW contra una capacidad disponible inferior a los 1.400 MW, lo que provocará un déficit de hasta 1.705 MW y una afectación que podría rozar los 1.775 MW. En términos prácticos, esto implica que gran parte del país permanecerá a oscuras durante varias horas seguidas.


Averías múltiples y un parque termoeléctrico envejecido

La causa inmediata de la crisis es el número creciente de unidades térmicas fuera de servicio. Entre las afectadas se encuentran la unidad 2 de la CTE Felton, una de las principales generadoras del oriente; la unidad 1 de Santa Cruz; y las unidades 3, 5 y 6 de la CTE Renté, todas en estado de avería.

A ello se suman unidades en mantenimiento programado, como la unidad 2 de Santa Cruz y la 4 de Cienfuegos. En total, las limitaciones térmicas ascienden a 470 MW. El colapso del sistema se explica también por la edad de las plantas, muchas de ellas con más de 30 o 40 años en operación continua.

La obsolescencia tecnológica, la falta de repuestos y el deterioro acumulado hacen que las averías sean cada vez más prolongadas y complejas de resolver, generando un círculo vicioso donde reparar una falla provoca otras.

La crisis de combustible golpea la generación distribuida

El otro factor clave es el déficit de combustible. La UNE confirmó que 91 centrales de generación distribuida —pequeñas plantas que aportan electricidad en zonas específicas— están paralizadas por falta de diésel, lo que supone una pérdida de 731 MW. También permanecen sin operar 96 MW de la planta Fuel Oil Mariel, mientras que otros 80 MW están indisponibles por falta de lubricante.

En total, la falta de combustible deja fuera de servicio 907 MW adicionales. Este déficit energético coincide con semanas de escasez de diésel, largas colas en gasolineras y un consumo extremadamente reducido en el sector estatal, lo que sugiere que la crisis no se resolverá a corto plazo.


Impacto en la población: apagones prolongados, circuitos prioritarios afectados y caos cotidiano

Las afectaciones afectan de manera desigual al país, pero la realidad es la misma para millones de cubanos: apagones de más de 10, 12 o incluso 20 horas. En La Habana, una ciudad que durante años estuvo “protegida” de los apagones más severos, la situación cambió radicalmente. Se registraron interrupciones totales durante 22 horas, algo prácticamente inédito, y hasta 100 MW de los llamados “circuitos no apagables” —hospitales, centros de comunicaciones, servicios esenciales— tuvieron que ser desconectados.

En provincias del interior, el panorama no es mejor. Granma continúa reportando bajo voltaje y afectaciones en su red interna debido a la sobrecarga del sistema nacional. La población, sin alternativas reales, enfrenta pérdida de alimentos refrigerados, interrupciones en el bombeo de agua, deterioro de electrodomésticos y noches enteras sin ventilación en medio de un calor húmedo que supera los 30 grados.

El aporte de los parques solares crece, pero no alcanza

Aunque el Gobierno ha impulsado la instalación de nuevos parques fotovoltaicos, la generación renovable aún es insuficiente para sostener la demanda. El país cuenta ya con 31 nuevos parques solares que generaron 1.659 MWh el día anterior, con una potencia máxima de 392 MW en horas de mayor radiación solar.

Sin embargo, este aporte no compensa la caída de las termoeléctricas y, además, desaparece por completo en horas nocturnas, justo cuando sucede el horario pico y cuando los apagones se vuelven inevitables.

Tras el huracán Melissa: avances en la recuperación, pero la crisis es previa

El oriente del país avanza en el restablecimiento del servicio tras los daños causados por el huracán Melissa. Holguín, Granma y Guantánamo superan el 93 % de recuperación, mientras que Santiago de Cuba apenas llega al 60 %, en parte debido a afectaciones severas en líneas y postes.

Pero la crisis actual no es consecuencia del huracán: el sistema eléctrico nacional arrastra fallas estructurales desde hace años, y la situación presente ya estaba declarada como “crítica” incluso antes del paso del ciclón.

Una crisis estructural que no muestra signos de revertirse

La combinación de averías, falta de combustible, obsolescencia tecnológica y poca inversión en infraestructura mantiene a Cuba en una espiral energética sin salida inmediata. El sistema eléctrico nacional depende de plantas térmicas que funcionan en condiciones límite, con tiempos de reparación que cada vez se alargan más. Al mismo tiempo, la generación distribuida, que en otros países sirve como alternativa, está prácticamente paralizada por la escasez de combustible.

Aunque la apuesta por fuentes renovables podría aliviar parcialmente la situación, su impacto será limitado mientras el país continúe necesitando más de 2.500 MW de generación estable para cubrir la demanda mínima.

El costo social: una vida organizada alrededor de la oscuridad

Para la población, la crisis significa tener que reorganizar horarios de cocina, sueño, trabajo y estudio según los apagones. Los comercios reducen horarios, los hospitales dependen de plantas que no siempre tienen combustible y los servicios online se vuelven intermitentes o imposibles.

En redes sociales abundan las denuncias de personas que pasan la noche sin electricidad, de municipios enteros a oscuras, y de familias que deben cocinar a medianoche cuando regresa momentáneamente la corriente. La crisis eléctrica se ha convertido en el principal factor que afecta la calidad de vida en la isla, incluso por encima de la escasez de alimentos.


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