Alexander Otaola exige suspender vuelos a Cuba ante brote viral y falta de control sanitario: «Cierren los viajes a la isla»

Foto: Video de YouTube de Cubanos por el Mundo-Live

Cuba vive días de tensión extrema y angustia colectiva después de que el huracán Melissa arrasara con fuerza el oriente del país, provocando inundaciones considerables, desplazamientos de personas y grandes estragos en la infraestructura habitacional. Mientras tanto, en el occidente se desarrolla una crisis sanitaria sin precedentes: un virus mortal de origen aún desconocido estaría cobrando vidas en medio del colapso del sistema de salud.

El presentador cubano Alexander Otaola mostró con evidencias el estado en que se encuentra uno de los hospitales pediátricos más importantes del occidente cubano y denuncio la falta de medicamentos, equipos básicos, personal médico, así como la pasividad del régimen para solucionar los problemas que allí persisten en frente de los directivos, dejando así al descubierto la fragilidad del sistema sanitario cubano. Así mismo pidió a la comunidad internacional que no mire hacia otro lado ante la crisis sanitaria que atraviesa la isla.


Emergencia sanitaria en La Habana: hospitales sin recursos ni diagnóstico

Uno de los epicentros del colapso sería el hospital pediátrico William Soler, donde se han difundido imágenes de salas abarrotadas de niños enfermos, camas improvisadas en pasillos y familiares desesperados buscando atención. “No saben qué es el virus, no tienen con qué tratarlo, no tienen nada que ofrecer”, denunció el comunicador desde su programa de YouTube Hola Otaola.

Un virus desconocido y versiones contradictorias

Hasta el momento, el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) no ha ofrecido una explicación oficial ni datos confirmados sobre el origen o la naturaleza del virus. En redes sociales, médicos y ciudadanos señalan síntomas como fiebre alta, convulsiones y fallas respiratorias rápidas, sin diagnóstico ni tratamiento efectivo.

Fuentes médicas consultadas por medios independientes mencionan que algunos cuadros podrían asociarse con brotes de dengue grave o infecciones respiratorias virales, agravadas por la falta de medicamentos antivirales y antibióticos.

La escasez de oxígeno, sueros, antibióticos y reactivos de laboratorio ha paralizado la atención en varios centros hospitalarios, donde los trabajadores de la salud intentan contener los contagios sin recursos, sin electricidad constante y bajo condiciones insalubres.

Advertencias internacionales y temor de contagio en Florida

El impacto de esta crisis sanitaria ya traspasa fronteras. Canadá y España emitieron advertencias sanitarias recomendando a sus ciudadanos evitar viajes a Cuba por riesgo epidemiológico. “¿Qué espera el Departamento de Salud de la Florida?”, preguntó Otaola durante su emisión, en la que exigió que Estados Unidos y las autoridades floridanas tomen medidas inmediatas para prevenir un contagio transfronterizo, dada la alta frecuencia de vuelos entre Miami y La Habana.


El activista alertó que la propagación de enfermedades tropicales y virales en el Caribe, especialmente en Yucatán y Cuba, podría generar un nuevo foco epidémico si no se refuerzan los controles sanitarios en los aeropuertos del sur de la Florida.

Piden suspender vuelos a Cuba hasta esclarecer la situación

Otaola llamó a implementar un cierre temporal de vuelos hacia la isla, tanto desde Estados Unidos como desde otros países de la región, hasta que las autoridades cubanas proporcionen información clara y verificable sobre el brote. “No esperen a mañana. Háganlo ahora”, reclamó el activista, subrayando que “la salud no puede esperar y la falta de transparencia del régimen pone en riesgo no solo a los cubanos, sino también a los viajeros internacionales”.

El influencer propone que el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y el Departamento de Salud de Florida realicen controles médicos y cuarentenas preventivas a pasajeros procedentes de Cuba, ante la posibilidad de contagios importados.

Un sistema sanitario en ruinas

La situación sanitaria de Cuba ya venía deteriorándose antes de esta nueva crisis. Desde hace más de dos años, el país enfrenta una escasez crónica de medicamentos, falta de reactivos para pruebas diagnósticas, apagones en hospitales y un éxodo masivo de profesionales de la salud.

La combinación de estas carencias ha dejado a los hospitales sin capacidad de respuesta ante emergencias epidémicas, en un contexto de colapso estructural del sistema. En provincias como Pinar del Río, La Habana y Artemisa, médicos han denunciado la reutilización de jeringas, la falta de agua potable y la ausencia de ambulancias para trasladar pacientes críticos.

A esto se suma el paso del huracán Melissa, que agrava aún más la crisis al provocar cortes eléctricos, inundaciones y daños en la infraestructura sanitaria del oriente cubano.

Silencio oficial y creciente desconfianza

El silencio de las autoridades cubanas ha incrementado la desconfianza de la población, que recurre a redes sociales para informar sobre nuevos casos y muertes. En contraste, la prensa estatal mantiene su atención centrada en las labores de recuperación del huracán, sin mencionar la situación epidemiológica que angustia a miles de familias.

Organizaciones médicas de la diáspora cubana en Miami han ofrecido apoyo técnico y donaciones de insumos, pero denuncian que La Habana bloquea el ingreso de ayuda humanitaria independiente, priorizando solo los envíos controlados por el Estado.

Llamado desde Miami: “Esto es un asunto de salud pública internacional”

“Esto es Miami, estos son nuestros distritos. Ocúpense de esto. La salud no puede esperar”, exigió Otaola, dirigiéndose a las autoridades locales de Florida. Su mensaje ha encontrado eco entre activistas y médicos exiliados que piden acciones diplomáticas y humanitarias urgentes para proteger tanto a los cubanos dentro de la isla como a la comunidad en el sur de la Florida.

Mientras el país enfrenta la recuperación tras el paso del huracán Melissa y una crisis sanitaria sin control, crece la percepción de que Cuba vive una emergencia humanitaria multidimensional, donde la falta de transparencia, la precariedad hospitalaria y el deterioro estructural del sistema de salud podrían tener consecuencias devastadoras más allá de sus fronteras.


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