Residentes de Miami disfrutan de la ciudad antes de la llegada de Irma

Aunque las autoridades han sido muy claras sobre los peligros que corren las personas si permanecen en las calles, muchos residentes de Miami han desafiado estas indicaiones y no desaprovecharon la mañana de su sábado para hacer sus actividades de rutina.


El Nuevo Herald se dispuso a recorrer algunas zonas de Miami y entrevistó a varias personas que se negaron a dejar de disfrutar su ciudad, aún con la cercanía del huracán Irma.

Este sábado en la mañana, en Karla Bakery, cerca de Flagami, la gente hacía cola para comprar pastelitos recién horneados, pan fresco y café cubano.

“Desafortunadamente, cuando estos desastres naturales amenazan y uno está encerrado, de repente se le desata el apetito. No sé que tiene la combinación de agua y harina, pero es espectacular”, dijo Izquierdo, de 56 años, quien ordenó pan, pastelitos de carne y tequeños de queso.

En otro lugar de Miami Lakes, Ozzie Gómez y sus amigos se sentaron en las afueras de Latin American Grill, su lugar favorito, y encendieron algunos puros aunque el local estaba cerrado.

“En la casa está muy oscuro, con todas las ventanas tapadas, tenía que salir”, dijo Gómez.


Asimismo, el popular Palacio de los Jugos tuvo una concurrencia normal, y el olor a comida cubana recién hecha continúo expandiéndose por las calles aledañas al negocio.

Otro ejemplo de desacato fue el de Javier Narváez, quien se encontraba en Miami Beach con el agua del mar por los tobillos y aún así portaba un cartel que decía: “Disfruta de la vida. ¡Carajo!”.


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