El gobierno de Cuba que ayer viernes tuvo una reunión con Estados Unidos para discutir sobre derechos humanos insistió en que no aceptara presiones ni injerencia del vecino del norte.
“De nuestra parte no hay una pretensión de aceptar alegaciones que signifiquen una injerencia en los asuntos internos de nuestro Estado”, subrayó a la prensa el subdirector de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería cubana, Pedro Luis Pedroso.
“Si bien el intercambio constató las profundas diferencias entre ambos Gobiernos respecto de las concepciones y el ejercicio de los derechos humanos, Cuba ratificó su voluntad de que ambos países puedan relacionarse dentro del reconocimiento y respeto a esas diferencias” dijo el funcionario cubano.
Cuba respondió a las preocupaciones de Estados Unidos cuestionando las manifestaciones de discriminación y racismo en los barrios negros estadounidenses.
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