La escritora cubana, Wendy Guerra, declarรณ en su รบltima novela llamada ยซDomingo de Revoluciรณnยป los intelectuales de Cuba siempre estรกn vigilados por un Sistema obtuso, que ahoga la libertad creadora.
Usando un fino humor en su narrativa considera que todos los que piensan en Cuba no lo pueden con naturalidad y viven bajo una continua sospecha. Y si te pasas de la raya: ยซescritores que han tenido una visiรณn crรญtica -alienta en su denuncia- son incomprendidos, marginados; solo publicas tu obra si no te metes con determinados cรกnones y tabรบes como la misma realidad cubanaยป.
Escribir en Cuba para contar algo, para cambiar algo, para ยซtransparentar algoยป, es hoy todavรญa una condena segura a que el manuscrito del autor duerma en un cajรณn por los siglos de los siglos, asegurรณ esta valiente escritora.
Su novela trata de la historia de Cleo, una joven poeta residente en La Habana, una autora bajo sospecha cuyo รฉxito, segรบn la Seguridad del Estado y el Ministerio de Cultura, ha sido construido por el enemigo (la CIA) para desestabilizar el paรญs y la revoluciรณn.
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