
De esta manera Eusebio Leal alcanza una cierta autonomía sobre el casco histórico de la Habana y sobre su mantenimiento. No tiene nada de malo que los emprendedores y trabajadores privados aporten a tener una ciudad mejor, pero no debe cargarse sobre ellos todo este peso y los valores impositivos deben estar acorde a la realidad de estos negocios, si ahogan en impuestos a estos comerciantes dejaran de existir por lo tanto nunca se desarrollara la economía privada. En otro aspecto si a estas empresas se les va a llevar una política impositiva al estilo de países capitalistas pues lo más justo es que se les permita llevar una economía de libre mercado para que puedan desarrollar todo su potencial.





