Un boleto vendido en Broward gana $1 millón mientras el Powerball se dispara a $1.700 millones

La racha sin ganadores del Powerball continúa, pero el último sorteo dejó una noticia destacada para el sur de Florida: un boleto premiado con un millón de dólares fue vendido en el condado de Broward, confirmaron las autoridades de la lotería.

El boleto ganador fue adquirido en un supermercado Key Food, ubicado en 8251 Sunset Strip, en la ciudad de Sunrise. El jugador acertó los cinco números principales, pero no coincidió con el número Powerball, lo que le permitió acceder al premio secundario más alto del sorteo, sin alcanzar el jackpot.


Un jackpot histórico que sigue creciendo

Al no registrarse un ganador del premio mayor, el jackpot del Powerball aumentó hasta los 1.700 millones de dólares, consolidándose como uno de los montos más altos en la historia de la lotería en Estados Unidos. La cifra ha generado una ola de expectativa nacional y un incremento sostenido en la venta de boletos, especialmente en estados con gran tradición en juegos de azar como Florida.

Las probabilidades de ganar el premio mayor son extremadamente reducidas —alrededor de 1 entre 292 millones—, pero la magnitud del bote continúa atrayendo a millones de jugadores que sueñan con un cambio radical en su situación económica.

Florida vuelve a figurar entre los grandes premios

Aunque el jackpot quedó vacante, el boleto vendido en Broward coloca nuevamente a Florida en el mapa de los grandes premios del Powerball. En el mismo sorteo, otros ocho boletos ganadores de un millón de dólares se vendieron en distintos puntos del país, incluidos Georgia, Illinois, Ohio, Pensilvania, Tennessee, Wisconsin y Nueva York, donde se registraron dos ganadores.

Estos premios secundarios, aunque muy inferiores al bote acumulado, representan ganancias significativas que, en muchos casos, transforman la vida de los ganadores, incluso después de descontar impuestos.

Impuestos y cobro del premio

En el caso de Florida, los premios de la lotería no están sujetos a impuestos estatales, aunque sí deben pagar impuestos federales, que pueden reducir de forma considerable el monto final recibido. Para un premio de un millón de dólares, la retención federal inicial puede superar el 24 %, con ajustes adicionales según la situación fiscal del ganador.


Las autoridades recomiendan a los ganadores firmar el boleto inmediatamente, conservarlo en un lugar seguro y buscar asesoría legal y financiera antes de reclamar el premio, especialmente cuando se trata de sumas elevadas.

Expectativa ante el próximo sorteo

Con el premio mayor del Powerball fijado en 1.700 millones de dólares, el país entra nuevamente en una fase de expectativa colectiva que trasciende el simple juego de azar. En supermercados, gasolineras y puntos de venta autorizados, el aumento en la compra de boletos refleja no solo la magnitud del bote, sino también el atractivo psicológico que generan estos premios históricos en un contexto de inflación persistente y presión económica para muchas familias.

En estados como Florida, donde la lotería tiene una presencia arraigada, estos sorteos suelen traducirse en picos de ventas, largas filas en los comercios y un renovado interés mediático. Economistas y analistas del consumo señalan que, aunque la probabilidad de ganar sigue siendo mínima, el costo relativamente bajo del boleto alimenta la percepción de una “oportunidad única”, incluso entre quienes no participan regularmente en la lotería.

Al mismo tiempo, los premios secundarios —como el millón de dólares ganado en Broward— funcionan como recordatorio tangible de que, sin alcanzar el jackpot, es posible obtener ganancias que alteran de manera significativa la vida financiera de una persona. Estos casos suelen reforzar la participación de nuevos jugadores de cara al siguiente sorteo.

Las autoridades del Powerball reiteran la importancia del juego responsable, subrayando que la lotería debe verse como una forma de entretenimiento y no como una estrategia financiera. También recuerdan a los jugadores que verifiquen cuidadosamente sus boletos y sigan los protocolos establecidos en caso de resultar ganadores.

Mientras la cifra continúa creciendo y el país aguarda el próximo sorteo, el fenómeno del Powerball vuelve a instalarse como un evento social y económico de alcance nacional, donde la ilusión de un premio extraordinario convive con la realidad estadística y con historias locales, como la del boleto vendido en Broward, que mantienen viva la atención del público.


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