
El aumento acelerado de enfermedades transmitidas por mosquitos en Cuba —dengue, chikunguya y el virus Oropouche— ha generado preocupación entre médicos del sur de Florida, quienes consideran que viajar a la isla en este momento constituye un riesgo sanitario significativo. El doctor Alfredo Melgar García del Busto, director médico de varios centros para adultos mayores en Florida y con amplia experiencia en el manejo de enfermedades infecciosas, aseguró que la situación epidemiológica en Cuba es “extremadamente delicada” y que los brotes no están bajo control de las autoridades.
Según las cifras manejadas por especialistas que monitorean el comportamiento del brote, alrededor de 50.000 personas padecen actualmente cuadros febriles sospechosos de arbovirosis, mientras que 33 fallecimientos —incluidos 21 menores de edad— han sido vinculados directamente a estas enfermedades. El especialista sostiene que el subregistro y las limitaciones diagnósticas del sistema de salud cubano podrían significar que la realidad sea aún más crítica.
Un brote que pasó de ser focalizado a tener alcance nacional
La epidemia habría comenzado en zonas específicas de Matanzas, especialmente en el municipio de Cárdenas, un territorio que históricamente ha mostrado vulnerabilidad a brotes de dengue. Sin embargo, el repunte se expandió rápidamente hacia provincias como La Habana, Mayabeque, Villa Clara, Holguín y Santiago de Cuba, convirtiéndose en una emergencia sanitaria nacional.
Las condiciones ambientales han jugado un papel determinante en esta expansión, pero mucho más ha sido la acumulación de basura, el deficiente manejo de aguas residuales, los salideros en comunidades urbanas y la proliferación de depósitos de agua sin protección los cuales favorecieron la reproducción de mosquitos Aedes aegypti y Culex, vectores responsables de la propagación del dengue, la chikunguya y el virus Oropouche. Aunque se han realizado fumigaciones en distintas localidades, Melgar considera que estas medidas son insuficientes debido a que la prevención debió iniciarse con mayor anticipación.
En ese marco, explicó que los tres virus no deben tomarse a la ligera, pues pueden desencadenar problemas de salud de gran gravedad. En particular, el dengue tiene la capacidad de avanzar hacia cuadros mucho más agresivos, como el dengue hemorrágico, una forma que compromete los procesos de coagulación y puede derivar en sangrados internos o externos que ponen en riesgo la vida del paciente.
El chikungunya, en cambio, suele manifestarse con una inflamación intensa y extremadamente dolorosa en las articulaciones, al punto de limitar la movilidad de quienes lo padecen. El virus Oropuche, aunque no goza de la misma notoriedad, puede tornarse igualmente peligroso: en algunos casos deriva en neumonía y en meningoencefalitis, una inflamación severa de las membranas que protegen el cerebro y que representa una complicación de alto riesgo.
Colapso del sistema de salud ante la avalancha de casos
La crisis epidemiológica ha puesto bajo enorme presión a un sistema sanitario que ya enfrentaba carencias estructurales. En múltiples hospitales se reporta saturación de salas, escasez de medicamentos básicos, falta de personal especializado y limitaciones en la disponibilidad de pruebas diagnósticas. Algunos pacientes han debido permanecer en pasillos, mientras otros son enviados de regreso a sus hogares ante la falta de camas y recursos para una atención adecuada.
El dengue, especialmente en su variante hemorrágica, requiere monitoreo constante para evitar complicaciones letales. La chikunguya puede causar inflamación articular severa que incapacita al paciente durante semanas, y el virus Oropouche, menos conocido, pero en expansión, puede desencadenar neumonía, meningitis o meningoencefalitis. Estas condiciones, advierten los médicos, demandan una infraestructura hospitalaria que no está disponible en muchas provincias.
Recomendación de elevar la alerta de viaje hacia Cuba
El sistema de advertencias para viajeros del gobierno estadounidense mantiene actualmente a Cuba en Nivel 2, que indica la necesidad de tomar precauciones reforzadas. No obstante, Melgar considera que la gravedad de la situación epidemiológica justificaría elevar ese estatus al Nivel 4, el más alto, en el que se recomienda evitar viajes no esenciales.
El especialista sugiere, además, que los CDC y el Departamento de Salud de Florida intensifiquen la comunicación pública sobre estos riesgos, especialmente en aeropuertos como Miami International Airport y Fort Lauderdale-Hollywood, donde se registra un tráfico constante de pasajeros hacia y desde Cuba. También recomienda considerar protocolos de vigilancia temprana para viajeros que presenten síntomas compatibles con estas enfermedades.
Recomendaciones para viajeros y riesgos particulares
Ante el creciente número de casos y la vulnerabilidad del sistema de salud cubano, los especialistas recomiendan que los viajeros evalúen con extremo cuidado cualquier desplazamiento hacia la isla. Las enfermedades virales transmitidas por mosquitos pueden desarrollarse de forma brusca, y su evolución puede requerir atención médica urgente, algo difícil de garantizar en el actual contexto cubano.
Los expertos insisten en que los viajeros deben mantenerse alertas a cualquier síntoma después de regresar a Estados Unidos, como fiebre alta, sangrado, dolor intenso en articulaciones, dificultad respiratoria o erupciones cutáneas. Cualquier señal debe motivar una consulta médica inmediata, especialmente en personas con condiciones preexistentes, adultos mayores y niños.
Llamado a una respuesta internacional con supervisión independiente
Melgar hizo un llamado a la comunidad internacional y a organizaciones humanitarias para que la asistencia destinada a Cuba sea supervisada de forma independiente. Señala que, debido a la compleja situación interna del país, es necesario garantizar que los recursos lleguen directamente a hospitales, centros comunitarios y familias afectadas, especialmente en territorios que han mostrado altos niveles de contagio.
El médico insistió en que la transparencia en el manejo de insumos es esencial para frenar la epidemia y salvar vidas, ya que cualquier retraso o desvío de recursos agravaría aún más la situación.
Un desafío sanitario que amenaza con agravarse
Mientras continúan los reportes de contagios y fallecimientos en diferentes provincias de Cuba, los médicos en Florida advierten que la situación puede empeorar si no se toman medidas urgentes. El aumento de la movilidad entre Cuba y el sur de Florida durante los próximos meses podría incrementar el riesgo de casos importados y complicar los esfuerzos sanitarios locales.
La combinación de una epidemia extendida, un sistema hospitalario frágil y condiciones ambientales propicias para la proliferación de mosquitos convierte a Cuba, por ahora, en un destino altamente riesgoso para viajeros.





