
La tranquilidad habitual del río Caloosahatchee, en Cape Coral, quedó interrumpida por una tragedia que ha conmocionado a la comunidad del suroeste de Florida. Una lancha rápida de 39 pies se volcó de manera violenta mientras realizaba un recorrido cerca del Cape Coral Yacht Club, provocando la muerte de tres personas y dejando a una cuarta en estado crítico.
De acuerdo con los primeros reportes de la Florida Fish and Wildlife Conservation Commission (FWC), la embarcación viajaba a una velocidad considerable cuando perdió el control y se elevó repentinamente antes de caer con fuerza sobre el agua, un impacto que los testigos describieron como un verdadero “choque en el aire”.
El siniestro ocurrió en cuestión de segundos. Residentes de la zona observaron cómo la lancha se desplazaba a gran velocidad por el río —algunos estimaron entre 75 y 80 millas por hora, aunque la cifra no ha sido confirmada por las autoridades— antes de que súbitamente se elevara, pareciendo perder estabilidad y volcar de manera abrupta.
La escena que siguió fue caótica: restos flotando, personas gritando desde la distancia y unidades de emergencia movilizándose de inmediato. “Vi un choque, el agua estaba por todas partes. Fue una locura”, comentó un testigo en declaraciones a New York Post.
Las víctimas y el impacto en la comunidad
Las autoridades identificaron a las tres víctimas mortales como Brenna Millett, Rebecca King (también mencionada como Rebecca Knight) y Craig Millett. Todos residían en el área y formaban parte de una comunidad estrechamente vinculada. La cuarta persona que viajaba en la embarcación, Neal Kirby, logró sobrevivir, aunque presentaba lesiones graves y la trasladaron de urgencia a un hospital de la región, donde permanece en condición crítica pero estable.
Uno de los momentos más tensos del operativo ocurrió cuando uno de los ocupantes desapareció bajo el agua tras el vuelco. Equipos especializados de rescate, recibieron apoyo de buzos y embarcaciones de distintas agencias, trabajaron durante horas para localizarlo. El cuerpo fue recuperado al día siguiente, cerrando una búsqueda que mantuvo en vilo a vecinos y familiares.
La tragedia ha dejado un profundo dolor en la comunidad de Cape Coral. Vecinos, amigos y familiares han compartido mensajes de consternación y apoyo, destacando que las víctimas eran personas muy queridas y activas en la vida social del área.
“El barco se inclinó unos 90 grados y se deslizó hacia atrás. Escupía mucha agua salada y no respiraba bien. Empezamos a hacerle RCP mientras llegaban los rescatistas. Estábamos en el lugar correcto, en el momento correcto, para ayudar a alguien que lo necesitaba”, explicó Trenton Zamniak un navegante que acudió a brindar los primeros auxilios a las víctimas.
Una investigación abierta con múltiples interrogantes
Las autoridades continúan evaluando qué pudo provocar exactamente el vuelco de la embarcación. Uno de los elementos más llamativos es que los motores de la lancha parecen haberse desprendido como consecuencia del impacto, una señal de la fuerza con la que la estructura golpeó el agua. La FWC también evalúa las condiciones meteorológicas registradas ese día, que incluían ráfagas de viento de hasta 22 millas por hora, un factor que pudo haber afectado la estabilidad y visibilidad de la embarcación.
Aunque no se ha encontrado evidencia de que hubiese otras lanchas involucradas, la investigación permanece abierta. Las autoridades han solicitado la colaboración de ciudadanos que se encontraban en la zona, específicamente grabaciones, fotografías o testimonios que ayuden a reconstruir con detalle los momentos previos al accidente.
El despliegue de rescate y la coordinación de agencias
Lo sucedido generó una movilización inmediata de recursos por parte de distintas instituciones. Unidades de la policía local, del cuerpo de bomberos, equipos marítimos municipales y la Guardia Costera de Estados Unidos participaron activamente en la búsqueda y rescate. La coordinación entre agencias fue clave para recuperar a los sobrevivientes, estabilizarlos y realizar la posterior búsqueda del tripulante desaparecido.
Los rescatistas describieron condiciones complejas, no solo por el estado de la embarcación, que quedó severamente dañada, sino también por las corrientes del río y la necesidad de asegurar el área para evitar mayor riesgo mientras se desarrollaban las operaciones.
Florida y los accidentes náuticos: un problema recurrente
La tragedia ocurre en un estado que históricamente registra una elevada actividad marítima y, con ello, un número significativo de incidentes. El suroeste de Florida, en particular, ha sido escenario de varios accidentes en los últimos años, muchos relacionados con la velocidad, el consumo de alcohol, la inexperiencia en el manejo de embarcaciones o condiciones climáticas cambiantes. El condado de Lee, donde ocurrió este suceso, ocupa con frecuencia posiciones altas en los reportes anuales de incidentes náuticos.
Expertos consultados señalan que el aumento de embarcaciones rápidas y el creciente turismo náutico pueden estar contribuyendo a un escenario más riesgoso. A ello se suma que muchos usuarios, aunque posean licencia, no necesariamente cuentan con experiencia para manejar lanchas de gran potencia en ríos donde las corrientes, el viento y el tráfico marítimo varían constantemente.
Un duelo que permanece y muchas preguntas por responder
Mientras continúa la investigación oficial, las familias afectadas y la comunidad de Cape Coral enfrentan un luto devastador. Organizaciones locales y parroquias de la zona han ofrecido apoyo emocional a los allegados, mientras surgen homenajes espontáneos en redes sociales y zonas cercanas al muelle.
La FWC reiteró que proporcionará información oficial a medida que avance la investigación y recordó la importancia de extremar medidas de seguridad en embarcaciones, especialmente cuando se navega a altas velocidades.





