Presidente Donald Trump declara la Semana Anticomunista y denuncia la devastación que esa doctrina maligna ha causado a la humanidad

El presidente Donald J. Trump emitió una proclama oficial designando del 2 al 8 de noviembre de 2025 como la “Semana Anticomunista” en Estados Unidos, una iniciativa que busca —según su mensaje— rendir homenaje a las víctimas de los regímenes comunistas y reafirmar los valores de libertad, fe y prosperidad sobre los que, afirmó, se funda la nación estadounidense.

En el texto, difundido por la Casa Blanca, Trump declaró que “el comunismo ha traído devastación a naciones y almas, cobrándose más de 100 millones de vidas a manos de regímenes que buscaron borrar la fe, suprimir la libertad y destruir la prosperidad ganada con esfuerzo”. El mandatario agregó que “el comunismo no ha traído más que ruina, donde se impone silencia la disidencia, castiga las creencias y exige que generaciones enteras se arrodillen ante el poder del Estado”.


La proclamación, ampliamente difundida por medios y redes sociales, enfatiza la necesidad de preservar la memoria histórica de los pueblos que han sufrido bajo sistemas totalitarios, y advierte sobre la persistencia de ideas “revestidas de justicia social o socialismo democrático” que, en su opinión, reviven “las mismas mentiras del pasado”.

Trump: “Ninguna ideología puede extinguir la libertad”

El republicano, que mantiene una sólida base política en Florida y se perfila para un nuevo ciclo electoral, sostuvo que Estados Unidos “rechaza esta doctrina maligna” y reiteró que el país fue fundado sobre “la verdad eterna de que la libertad y la oportunidad son derechos de nacimiento de toda persona”.

“Ninguna ideología, extranjera o doméstica, puede extinguirlos”, señaló Trump, subrayando que la nación tiene la responsabilidad de “honrar a las víctimas de la opresión manteniendo viva su causa” y asegurando que el comunismo —y toda ideología que niegue la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad— encontrará finalmente su lugar “en el basurero de la historia”.

Apoyo desde la Casa Blanca y resonancia internacional

La portavoz presidencial, Karoline Leavitt, respaldó la iniciativa en redes sociales y calificó la proclamación como “un solemne recordatorio de la devastación causada por una de las ideologías más destructivas de la historia”.

Diversos líderes republicanos y miembros de comunidades del exilio cubano, venezolano y nicaragüense en Miami reaccionaron positivamente al anuncio, señalando que “el comunismo no es un problema del pasado” y que “la amenaza ideológica persiste en América Latina y dentro del propio discurso político estadounidense”.

Medios internacionales subrayaron que la medida tiene un fuerte componente simbólico, pues no introduce acciones legislativas o políticas específicas, pero sí consolida el discurso anticomunista como eje central del relato trumpista, tanto en el ámbito interno como en la política exterior.

Contexto político: Miami como bastión anticomunista

El anuncio coincide con un momento de alta visibilidad de Trump en Florida. Días antes de la proclamación, el mandatario participó en el America Business Forum 2025, realizado en el Kaseya Center de Miami, donde defendió su visión de una América libre de “intervenciones comunistas” y acusó al nuevo alcalde demócrata de Nueva York Zohran Mamdani de tener “tendencias socialistas peligrosas”.

En su discurso en Miami, Trump prometió convertir a la ciudad en “refugio de los que huyen del comunismo, dentro y fuera de Estados Unidos”, un mensaje que resonó especialmente entre exiliados cubanos y latinoamericanos que ven en él un defensor de la libertad frente a los regímenes autoritarios de la región.

“Los comunistas, marxistas, socialistas y globalistas tuvieron su oportunidad y no entregaron más que un desastre. La opción es comunismo o sentido común”, dijo el republicano en su intervención.

Durante su intervención, el presidente no escatimó críticas al referirse a la reciente elección de Mamdani, a quien identificó como miembro del ala más progresista del Partido Demócrata. Según dijo, ese resultado representa “una pérdida de soberanía” para la nación.

En tono desafiante, afirmó que “los demócratas instalaron a un comunista como alcalde” y advirtió que la izquierda busca convertir a Estados Unidos en “la Cuba comunista o la Venezuela socialista”, evocando ejemplos de regímenes autoritarios en la región para reforzar su mensaje político.

Analistas políticos locales destacan que proclamaciones de este tipo refuerzan la conexión emocional entre Trump y el electorado hispano del sur de Florida, una base estratégica para los republicanos. La narrativa anticomunista, aseguran, continúa siendo uno de los ejes más efectivos de movilización electoral en comunidades marcadas por la experiencia del exilio.

Eco en la comunidad cubana y latinoamericana

En Little Havana, líderes del exilio cubano celebraron la declaración como un gesto de reconocimiento hacia quienes han padecido persecución política. Organizaciones como la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y el Movimiento Democracia recordaron que Estados Unidos “siempre ha sido un faro para los pueblos que escapan del comunismo”.

Sin embargo, algunas voces dentro del ámbito académico y de derechos humanos advirtieron que el uso político del anticomunismo podría contribuir a la polarización interna. El profesor Ricardo Herrero, del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Miami, señaló que “más allá del simbolismo, este tipo de proclamaciones deberían ir acompañadas de políticas de apoyo real a las víctimas de dictaduras, no solo de discursos”.

El significado histórico de la fecha

La proclamación de la Semana Anticomunista se inspira en las conmemoraciones impulsadas durante la Guerra Fría, cuando el Congreso estadounidense promovió la “Captive Nations Week” para denunciar la opresión de los países bajo dominio soviético. Trump retoma esa tradición, situando su discurso en una línea que reivindica la defensa de la libertad individual frente a regímenes autoritarios, al tiempo que busca reafirmar la identidad moral y política de Estados Unidos como “bastión del mundo libre”.

Entre la memoria y la estrategia electoral

Aunque el documento tiene un carácter principalmente simbólico, analistas lo interpretan como parte de una estrategia política de reafirmación ideológica de cara a los próximos comicios legislativos y presidenciales. La proclamación fortalece su narrativa de “América libre y fuerte”, y le permite conectar con sectores conservadores que asocian el comunismo con la pérdida de valores, la inseguridad económica y la decadencia moral.

Para muchos votantes del sur de Florida —especialmente cubanos, venezolanos y nicaragüenses—, el mensaje de Trump no solo tiene un componente ideológico, sino también emocional y vivencial, pues evoca la memoria del exilio, la pérdida y la lucha por la libertad.

La proclamación de Donald Trump de una “Semana Anticomunista” en Estados Unidos refuerza una narrativa que combina memoria histórica, posicionamiento moral y estrategia política. Sin ofrecer medidas concretas, el gesto apunta a consolidar su identidad como líder del anticomunismo contemporáneo y a movilizar un electorado fiel en estados clave como Florida.

“Honramos a las víctimas de la opresión manteniendo viva su causa”, concluyó Trump, al tiempo que reafirmó su promesa de que el comunismo “nunca volverá a tener cabida en esta tierra de libertad”.


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