Caos en los aeropuertos de EE.UU por el cierre del gobierno: miles de vuelos retrasados y cancelados varios de ellos en el sur de Florida

Vuelos cancelados en Miami

La crisis provocada por el cierre parcial del Gobierno federal en Estados Unidos ha comenzado a sentirse con fuerza en el sistema de transporte aéreo. A medida que la paralización de agencias se extiende hacia su cuarta semana, miles de vuelos se están retrasando o cancelando en todo el país, y aeropuertos como Miami International (MIA) y Fort Lauderdale-Hollywood (FLL) que enfrentan largas filas, esperas de horas y una notable reducción de personal operativo.

Un país en el aire: 6.000 vuelos demorados en un solo día

Más de 6.000 vuelos se retrasaron y más de 500 se cancelaron durante el domingo 26 de octubre de acuerdo con FlightAware. Las demoras afectaron a terminales de alto tráfico como Atlanta, Dallas, Chicago y Miami, en un patrón que refleja el debilitamiento progresivo de la red aérea estadounidense.


En Miami, las filas de seguridad se extendían por varios pasillos, y cientos de pasajeros expresaron su frustración ante esperas que superaron las dos horas. Las pantallas de salidas y llegadas mostraban una constante cascada de avisos de “delayed” y “cancelled”, mientras el personal trataba de mantener el flujo con recursos cada vez más limitados.

Empleados esenciales sin sueldo: el corazón del problema

El cierre del Gobierno ha afectado directamente a la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) y a los controladores de tráfico aéreo, considerados “trabajadores esenciales”. Esto significa que deben continuar en sus puestos, pero sin recibir paga hasta que se apruebe un nuevo presupuesto federal. «Si no tengo dónde dejar a mis hijos, ¿cómo voy a ir a trabajar?», explicó la oficial de la TSA en Orlando, Oksana Kelly.

La consecuencia ha sido una ola de ausencias justificadas, renuncias y problemas financieros personales. Muchos empleados reportan que no pueden pagar gasolina, transporte público o servicios de cuidado infantil para poder presentarse a trabajar.

Según cifras del Departamento de Transporte, se han documentado más de 220 incidentes por escasez de personal en el sistema aeroportuario desde el inicio del cierre, una cifra cuatro veces mayor que el año pasado en el mismo período.

Señales de alarma desde los controladores aéreos

El secretario de Transporte, Sean Duffy, admitió públicamente que hasta el 53 % de los retrasos actuales están directamente vinculados a problemas de personal derivados del shutdown. Desde el sindicato National Air Traffic Controllers Association (NATCA) advirtieron que el estrés financiero y la carga laboral sin compensación están generando un clima de tensión peligroso.


«Cuanto más dura el cierre, más distrae a los trabajadores y hace que el sistema sea menos seguro», declaró el funcionario de la Asociación Nacional de Controladores de Tráfico Aéreo, Nick Daniels.

Controladores de vuelo, técnicos de radar y supervisores de operaciones trabajan turnos prolongados para cubrir vacantes, lo que eleva los riesgos de errores humanos y deteriora la moral del personal.

Miami y Fort Lauderdale entre los más afectados

En el sur de Florida, el Miami International Airport (MIA) figura entre los aeropuertos con mayores demoras en el país, junto al Hartsfield-Jackson de Atlanta y O’Hare en Chicago.

Fuentes aeroportuarias locales indicaron que el número de agentes de la TSA disponibles ha caído drásticamente, y que algunos puntos de control de seguridad operan con la mitad del personal habitual. En Fort Lauderdale-Hollywood International (FLL), también se registraron retrasos significativos y cancelaciones, especialmente en vuelos nacionales hacia el noreste.

Las autoridades del condado de Miami-Dade recomiendan a los viajeros llegar al menos tres horas antes de sus vuelos internacionales y dos para los domésticos, a fin de mitigar posibles demoras en los controles de seguridad.

Consecuencias económicas y advertencias para las aerolíneas

El impacto económico de esta crisis no se limita a los aeropuertos. Las aerolíneas enfrentan pérdidas millonarias por combustible desperdiciado, compensaciones a pasajeros y reorganización de itinerarios.

Además, el turismo —uno de los motores principales de la economía de Florida— podría sufrir una desaceleración si las demoras persisten. Analistas advierten que si el cierre se prolonga durante la temporada alta de Acción de Gracias y Navidad, el sistema podría experimentar un efecto dominó difícil de revertir.

Un cierre que se siente en tierra y en el aire

El cierre gubernamental, originado por la falta de acuerdo en el Congreso sobre el presupuesto federal, mantiene sin fondos a varias agencias, incluyendo el Departamento de Transporte, la FAA y la TSA, que dependen de la aprobación legislativa para pagar a su personal.

Mientras tanto, los pasajeros son los principales afectados. Muchos desconocen cuándo podrán viajar o si recibirán compensación por los retrasos. En redes sociales, se multiplican los reclamos y las imágenes de terminales abarrotadas en ciudades como Miami, Nueva York y Los Ángeles.

Un cierre que afecta también los food stamps

El cierre del gobierno también está afectando el programa de asistencia alimentaria SNAP (Supplemental Nutrition Assistance Program), conocido como food stamps, que beneficia a millones de familias de bajos ingresos. Durante octubre de 2025, los pagos se emitieron con normalidad porque el financiamiento ya estaba aprobado antes del cierre. Sin embargo, el Departamento de Agricultura (USDA) advirtió que no dispone de fondos para cubrir los beneficios de noviembre si el Congreso no aprueba pronto un nuevo presupuesto.

Varios estados, entre ellos Georgia, Texas, Pensilvania y Minnesota, ya han alertado que podrían suspender los pagos de noviembre, afectando a millones de hogares. Esta situación podría provocar un aumento significativo de la inseguridad alimentaria, ya que muchas familias dependen del SNAP como su principal fuente de alimentos.

Organizaciones comunitarias y bancos de comida han advertido que podrían enfrentar una demanda sin precedentes si el programa se interrumpe. En Florida, y particularmente en Miami-Dade, el impacto sería grave, pues miles de familias vulnerables utilizan estos beneficios mensualmente. En síntesis, si el cierre del Gobierno continúa en noviembre, el sistema de asistencia alimentaria del país enfrentará una crisis inmediata que pondrá en riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas y podría desbordar los programas locales de ayuda.


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