Océano Atlántico no da tregua: Jerry se convierte en la décima tormenta de una temporada explosiva

Tormenta Tropical Jerry. Foto: Video de South Florida

La tormenta tropical Jerry se formó este martes en aguas del Atlántico central, convirtiéndose en el décimo sistema con nombre de la activa temporada de huracanes 2025. De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes (NHC), el sistema muestra signos de fortalecimiento y podría alcanzar la categoría de huracán en las próximas 24 a 48 horas, impulsado por condiciones oceánicas favorables.

Una nueva amenaza en el Atlántico tropical

En su más reciente informe, el NHC indicó que Jerry se encontraba aproximadamente a 1,315 millas (2,115 kilómetros) al este-sureste de las Islas de Barlovento del Norte, moviéndose hacia el oeste a 24 millas por hora (39 km/h) con vientos sostenidos de 45 mph (72 km/h).


Los pronósticos anticipan que el sistema gire gradualmente hacia el oeste-noroeste y que el centro de circulación pase cerca o al norte de las Islas de Barlovento del Norte entre el jueves y el viernes.

El cono de trayectoria del NHC sugiere que, de mantenerse su curso actual, Jerry podría alcanzar fuerza de huracán categoría 1 antes de aproximarse al arco de las Antillas Menores. Sin embargo, la agencia advirtió que aún existe incertidumbre en el pronóstico, por lo que pidió a los residentes y autoridades locales monitorear de cerca la evolución del sistema.

Sin alertas ni avisos, pero con vigilancia constante

Por el momento, no se han emitido avisos ni alertas costeras, ya que la tormenta permanece en mar abierto. No obstante, el NHC subrayó que los vientos con fuerza de tormenta tropical se extienden a unas 80 millas (130 km) del centro, lo que podría generar condiciones adversas en zonas marítimas y oleaje peligroso para embarcaciones pequeñas.

Las autoridades regionales de las Antillas Menores y las Islas Vírgenes ya activaron protocolos de seguimiento meteorológico, ante la posibilidad de un cambio de trayectoria o intensificación súbita.

Temporada de huracanes por encima del promedio

Jerry se suma a una temporada que ha mostrado una actividad superior a la media histórica. En lo que va del 2025, ya se han formado diez tormentas con nombre y cuatro huracanes: Gabrielle, Humberto, Imelda y Katia, algunos de los cuales generaron lluvias torrenciales e inundaciones en distintas zonas del Caribe y el Atlántico occidental.


Los meteorólogos recuerdan que, en promedio, una temporada típica del Atlántico produce 14 tormentas con nombre, 7 huracanes y 3 huracanes mayores. Sin embargo, las altas temperaturas del mar —por encima de los 28 °C en amplias áreas del Atlántico tropical— y la baja cizalladura del viento han favorecido el desarrollo de sistemas más intensos en menos tiempo.

Pronósticos y posibles impactos futuros

Si Jerry logra convertirse en huracán, podría mantener esa categoría durante varios días antes de encontrarse con condiciones menos favorables al norte del Caribe. Algunos modelos de predicción sugieren que podría mantenerse en mar abierto, mientras que otros estiman un acercamiento parcial al Caribe oriental.
Aunque aún es prematuro determinar su trayectoria final, el NHC insistió en que la vigilancia es clave: “Incluso una desviación leve en la ruta prevista podría alterar significativamente las zonas bajo riesgo de impacto”.

Los meteorólogos también recordaron que los efectos indirectos —como oleaje alto, corrientes marinas peligrosas y lluvias intensas— pueden sentirse a cientos de kilómetros del centro de la tormenta, especialmente en las Antillas y las costas del norte de Sudamérica.

Llamado a la preparación ciudadana

Con la temporada de huracanes aún en pleno desarrollo —vigente del 1 de junio al 30 de noviembre—, las autoridades recomiendan a los habitantes del Caribe y la Florida mantener planes de emergencia actualizados, revisar suministros básicos y seguir los boletines oficiales del NHC y los servicios meteorológicos locales.

En los próximos días, Jerry pondrá a prueba nuevamente la capacidad de vigilancia de los centros meteorológicos y la preparación de las comunidades costeras frente a un Atlántico que, según los expertos, atraviesa una de sus temporadas más activas en los últimos años.


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