Terror en Dallas: tiroteo en oficina de Inmigración deja tres heridos, el atacante muerto y un fuerte despliegue policial

Tiroteo en Dallas. Foto: Video de YouTube de MSNBC

Un nuevo episodio de violencia armada sacudió este martes a Dallas, Texas, cuando un hombre abrió fuego dentro de una oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), dejando al menos tres personas heridas antes de quitarse la vida. El ataque, ocurrido en plena jornada laboral, provocó una fuerte movilización de fuerzas de seguridad y reabre el debate sobre la seguridad en instalaciones gubernamentales.

El ataque

Según confirmaron las autoridades locales y federales, el tiroteo ocurrió en horas de la tarde en un edificio de ICE en Dallas. Testigos relataron escenas de pánico, con empleados y visitantes buscando refugio mientras se escuchaban múltiples disparos.


El atacante, cuya identidad aún no ha sido revelada, resultó muerto por una herida autoinfligida, confirmó Todd Lyons, director interino de ICE, en declaraciones a CNN. Las balas alcanzaron a tres personas que se trasladaron de inmediato a hospitales cercanos por parte de los equipos de emergencia; su estado de salud no ha sido detallado públicamente.

«Podrían ser empleados, podrían ser civiles que visitaban las instalaciones, podrían ser detenidos. En este punto, todavía estamos trabajando en eso», comentó Lyon a CNN. Por su parte, Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU explicó que estaban surgiendo más detalles, pero la institución informó oficialmente que el hecho provocó “varias muertes y lesionados” en la sede local. Además señaló que el motivo continúa sin conocerse, pero advirtió que en los últimos meses se ha intensificado la hostilidad hacia los agentes de ICE.

Amplia movilización policial

Pocos minutos después de la alerta, la zona fue rodeada por decenas de patrullas, unidades tácticas y ambulancias. La Policía de Dallas pidió a la ciudadanía evitar el área mientras aseguraban el edificio y verificaban que no hubiera más sospechosos involucrados.

En los registros de las cámaras viales se observa la autopista, de seis carriles, completamente vacía pese a ser una de las más transitadas, con automóviles y tráileres detenidos a la altura de una salida interestatal.

De acuerdo con el portavoz del cuerpo de bomberos, Jason L. Evans, a las 6:41 a.m. se recibió una llamada alertando sobre un tiroteo en o cerca de la oficina de inmigración, lo que motivó el despliegue inmediato de las unidades. Evans señaló que no había información confirmada disponible y lo catalogó como un incidente activo.


Agentes del FBI y del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) también participaron en el operativo, en tanto que equipos especializados revisaban el lugar en busca de evidencias.

Reacciones oficiales

El director interino de ICE expresó que “la prioridad inmediata es la seguridad de nuestros empleados y de todas las personas que se encontraban en la instalación”. Añadió que la agencia colaborará plenamente con las investigaciones para esclarecer los motivos detrás del ataque.

Hasta ahora, las autoridades no han confirmado si se trató de un hecho relacionado con la labor de inmigración o si el agresor tenía algún vínculo previo con la institución.

Preocupación en la comunidad

El tiroteo ha generado alarma entre empleados federales y la comunidad inmigrante de Dallas, que acude diariamente a las oficinas de ICE para trámites legales. Abogados especializados en inmigración señalaron que este tipo de sucesos incrementan el temor en un contexto ya marcado por la tensión y la incertidumbre migratoria.

En redes sociales, residentes de la zona compartieron imágenes de la fuerte presencia policial y expresaron su solidaridad con las víctimas.

Contexto nacional

Aunque los ataques armados en oficinas federales no son frecuentes, en los últimos años se han registrado incidentes violentos en edificios gubernamentales de diferentes estados. El tema reaviva las discusiones sobre la seguridad en instituciones públicas y el acceso a las armas de fuego en Estados Unidos, donde tiroteos masivos y hechos aislados de violencia continúan siendo una preocupación recurrente.

Texas, en particular, ha sido escenario de algunos de los episodios más mortales en la última década, incluyendo ataques en escuelas, iglesias y espacios públicos, lo que ha impulsado llamados a reforzar medidas de prevención.

El pasado 4 de julio, un ataque armado contra el Centro de Detención de Inmigrantes de Prairieland, en Alvarado, Texas, dejó herido a un agente policial tras recibir un disparo en el cuello. De acuerdo con la Fiscalía federal, los agresores, vestidos con ropa negra de estilo militar, abrieron fuego a las afueras del centro. Hasta el momento, al menos 11 personas enfrentan cargos por su presunta participación.

Tres días después un individuo armado con un rifle de asalto abrió fuego contra agentes federales que salían de una instalación de la Patrulla Fronteriza en McAllen, Texas. El agresor, identificado como Ryan Louis Mosqueda, hirió a un oficial que respondió al llamado antes de ser abatido por las autoridades. Posteriormente, en su vehículo se hallaron más armas, municiones y varias mochilas.

Investigación en curso

Las autoridades mantienen abierta una investigación para esclarecer las motivaciones del atacante, su perfil y la forma en que ingresó armado al edificio federal. También se evalúan protocolos de seguridad para determinar si se produjeron fallas en el control de acceso a la instalación.

Por ahora, se desconoce la identidad de las víctimas y la gravedad de sus lesiones, aunque se espera que en las próximas horas las autoridades den a conocer más detalles.

Un llamado a la prevención

El tiroteo en la oficina de Inmigración de Dallas no solo deja un saldo de víctimas y una comunidad conmocionada, sino que también pone en el centro del debate la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en instalaciones federales que reciben diariamente a cientos de personas.

El incidente refleja, una vez más, la vulnerabilidad de los espacios públicos frente a la violencia armada en Estados Unidos y plantea interrogantes sobre la efectividad de los controles actuales. Para muchos, este suceso debería ser una advertencia de que no basta con reaccionar ante las emergencias, sino que urge invertir en mecanismos de prevención, detección temprana y apoyo psicológico a las comunidades expuestas a estos riesgos.

En tanto se conocen más detalles de la investigación, lo ocurrido en Dallas se suma a la larga lista de tiroteos que marcan la vida cotidiana en el país y que continúan desafiando a las autoridades en su búsqueda de soluciones duraderas.


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