
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció este martes una propuesta para ceder un terreno de 2.63 acres junto al histórico Freedom Tower, en el campus Wolfson de Miami-Dade College, con el objetivo de edificar la Biblioteca Presidencial Donald J. Trump. De aprobarse, se trataría de la primera biblioteca presidencial ubicada en Florida, lo que daría al estado un lugar destacado dentro del mapa nacional de instituciones que preservan la memoria de los presidentes de Estados Unidos.
La propuesta será presentada el 30 de septiembre ante la Junta de Fideicomisarios del Fondo de Mejora del Territorio Interno, organismo encargado de la supervisión y disposición de terrenos estatales. Actualmente, el espacio funciona como estacionamiento para empleados del Miami-Dade College, lo que implica que el proyecto demandará una reorganización del uso del suelo en una zona estratégica del centro de Miami.
La visión de DeSantis
«El presidente Trump ha logrado resultados para el pueblo estadounidense y ha tenido un impacto duradero en la historia de nuestra nación», dijo DeSantis en un comunicado donde también justificó la iniciativa señalando que ningún estado implementó mejor la agenda de Donald Trump que Florida, y que sería un honor que el presidente cuente con su biblioteca presidencial en su “estado natal adoptivo”.
El gobernador también destacó el potencial impacto económico de la propuesta. Según su visión, la construcción y puesta en marcha del recinto generaría empleos, fomentaría el turismo y fortalecería la identidad cultural de Miami, una ciudad que ya se posiciona como epicentro de la comunidad hispana y de la política internacional en el sur de Estados Unidos.
La junta, bajo la dirección de Ron DeSantis y conformada también por el fiscal general, el director financiero y el comisionado de Agricultura, es una institución con más de siglo y medio de historia. Nació en 1855 y desde entonces vela por la compra, el manejo y la protección de los terrenos que pertenecen al estado, así como por su eventual destino.
Primeros apoyos y la votación pendiente
El fiscal general de Florida, James Uthmeier, confirmó que respaldará la medida, lo que representa un primer aval institucional antes de la votación oficial. Se espera que el tema despierte un intenso debate tanto dentro de la Junta como en la opinión pública, en especial por el uso de terrenos estatales con fines conmemorativos y políticos.
«Sobrevivir a dos intentos de asesinato, asegurar la frontera y reconstruir el ejército de nuestra nación son solo algunas de las historias que contará esta gran biblioteca», escribió en su cuenta de X el fiscal general de Florida James Uthmeier.
De ser aprobada, Miami-Dade pasaría a formar parte del exclusivo grupo de ciudades que albergan bibliotecas presidenciales, espacios que no solo resguardan documentos y archivos históricos, sino que también funcionan como centros de investigación, museos y escenarios de actividades educativas y culturales.
Un legado en construcción
Las bibliotecas presidenciales en Estados Unidos se han convertido en símbolos del legado de cada mandatario. Instituciones como la Biblioteca Kennedy en Boston o la Biblioteca Obama en Chicago, en proceso de construcción, son visitadas por miles de personas cada año. En el caso de Miami, la Biblioteca Trump se sumaría a ese linaje, pero con la particularidad de que sería la primera en Florida y estaría ubicada en una ciudad con una fuerte impronta política y migratoria.
Para muchos, la propuesta de DeSantis también representa un gesto de acercamiento político hacia Trump, reforzando la imagen de Florida como bastión del trumpismo a nivel nacional. En paralelo, críticos señalan que el uso de recursos estatales y de terrenos públicos para un proyecto de esta magnitud puede abrir interrogantes sobre prioridades sociales y comunitarias en el condado Miami-Dade.
Perspectivas para la comunidad
Si bien los detalles de financiamiento y diseño arquitectónico aún no han sido divulgados, se anticipa que la iniciativa tendrá repercusiones directas en la comunidad local. El impacto podría sentirse en el turismo, en la vida universitaria del Miami-Dade College y en la revalorización urbana de la zona donde se ubica el Freedom Tower, un ícono de la diáspora cubana y de la historia de la inmigración en Miami.
La propuesta combina memoria histórica, intereses políticos y desarrollo económico, elementos que podrían convertirla en una de las iniciativas más polémicas y comentadas de los últimos años en Florida.
El 30 de septiembre marcará un punto clave para el futuro de este proyecto. Si la Junta aprueba la cesión de terrenos, Miami no solo se sumará a la lista de ciudades con bibliotecas presidenciales, sino que quedará vinculada a un capítulo central de la historia reciente de Estados Unidos: el legado de Donald J. Trump.
Más allá de la votación, el debate ya está instalado en la opinión pública: ¿será la Biblioteca Trump un motor cultural y económico para Miami, o un símbolo de divisiones políticas en una ciudad que refleja como pocas la diversidad y las tensiones del país?