Esposa de padre que se autodeportó a Cuba agradece las muestras de cariño y apoyo de la comunidad: «Ha sido increíble»

Foto: Video de Instagram de Javier Díaz

La historia de Deivy Alemán Oropesa, un cubano que residía en Orlando bajo un proceso migratorio inconcluso, refleja la dura encrucijada que enfrentan miles de inmigrantes en Estados Unidos. Tras años de vivir bajo una orden de supervisión migratoria, Alemán decidió autodeportarse a Cuba el pasado 14 de septiembre para evitar una prolongada detención de ICE.

La decisión lo separó de su esposa, Yisel Miguel Sarduy, y de su hija menor, ciudadana estadounidense con una delicada condición cardíaca, que hoy clama por el regreso de su padre.


El pedido de reunificación familiar

Yisel Miguel a través de un video en redes sociales agradeció la ola de solidaridad que ha recibido desde que el caso se hizo público. Vecinos, amigos y miembros de la comunidad cubana en Florida han aportado alimentos, techo y acompañamiento en medio de la crisis. Sin embargo, la esposa de Alemán insiste en que la única solución real es que se acelere la petición I-130 de reunificación familiar presentada ante USCIS, un trámite que normalmente tarda meses o incluso años.

Abogados de inmigración han señalado que en casos humanitarios, como cuando existen condiciones médicas graves en hijos ciudadanos estadounidenses, es posible solicitar la aceleración del proceso. Sin embargo, la decisión depende de la valoración de USCIS y no siempre se concede.

«Quisiera darle las gracias a todos por todo el apoyo que mi familia ha recibido. Ha sido increíble», manifestó la cubana en el material que publicó posteriormente el periodista Javier Díaz.

El impacto en la hija: salud en riesgo

La situación es particularmente sensible por la condición de salud de la hija del matrimonio, ciudadana estadounidense nacida en Florida. La niña padece una enfermedad cardíaca que requiere controles médicos frecuentes y un ambiente emocionalmente estable.

Según relató la madre, los médicos recomendaron extremar la atención en el aspecto emocional de la menor, ya que una crisis depresiva podría tener repercusiones negativas en su cuadro clínico.


Yisel explicó que la pequeña sufre intensamente la ausencia del padre: cada vez que escucha un vehículo detenerse o alguien tocar la puerta, corre con la ilusión de que pueda ser él. Según un cardiólogo que la atiende, este nivel de ansiedad y tristeza podría tener efectos directos sobre su estado de salud, aumentando el riesgo de complicaciones cardíacas.

Una separación marcada por la burocracia migratoria

Alemán vivía en Florida bajo un formulario I-220B, mecanismo que permite la salida supervisada de inmigrantes en proceso de deportación, pero sin un estatus legal estable. En muchos casos, este documento mantiene a los migrantes en un limbo legal: no pueden regularizarse, pero tampoco viven plenamente seguros de evitar un arresto.

El temor a ser detenido en cualquier momento y permanecer meses en un centro de detención federal llevó a Alemán a optar por el autodeportación hacia Cuba, un camino que, aunque legalmente permitido, implica una separación familiar con graves consecuencias emocionales y económicas.

Alemán desde Cuba: “Los momentos más duros”

Desde la isla, Alemán ha calificado esta etapa como “los momentos más duros” de su vida. Sin empleo ni medios para sostener a su familia a distancia, asegura sentirse impotente mientras su esposa afronta sola las dificultades en Estados Unidos. La separación, además de sentimental, ha puesto en jaque la estabilidad económica del hogar, que dependía en parte de sus ingresos.

«No puedo trabajar, no puedo ayudar económicamente a mi esposa. Solo quiero regresar con ellas lo antes posible», comentó el padre en una entrevista desde su tierra natal en Cienfuegos.

Contexto: miles de cubanos en el limbo migratorio

El caso de Alemán no es aislado. Miles de cubanos en EE.UU. viven bajo las órdenes I-220A o I-220B, documentos que han generado confusión y debates en los tribunales. Mientras que algunos jueces reconocen estas órdenes como formas de “parole” que abren camino a la residencia legal, otros las consideran simples permisos de salida temporal que no otorgan beneficios migratorios adicionales.

La falta de uniformidad legal mantiene a muchas familias atrapadas entre la incertidumbre y el miedo a la deportación. Para los que, como Alemán, deciden regresar voluntariamente, la separación familiar se convierte en la consecuencia más dolorosa.

Solidaridad y presión comunitaria

Tras la difusión del caso, organizaciones y activistas han pedido a las autoridades migratorias que prioricen solicitudes como la de la familia Alemán. Alegan que la salud de la menor debería ser un argumento de peso para permitir la reunificación bajo criterios humanitarios.

A través de las redes sociales, familias de reciente arribo al país no dudaron en extender su mano solidaria con propuestas concretas: compartir comida, ofrecer techo y cuidar de la menor y su madre. “Donde comen dos, comen tres”, señaló una mujer en un mensaje que resume la empatía colectiva.

La historia también ha encendido un debate dentro de la comunidad cubana en Florida: mientras algunos critican que la autodeportación cierre puertas legales, otros sostienen que la decisión de Alemán fue un sacrificio para evitar un encarcelamiento que habría puesto en mayor riesgo a su familia.

Un futuro pendiente de una decisión

Hoy la familia vive dividida por fronteras y trámites legales. En Florida, una madre lucha por mantener a flote a su hija enferma, mientras en Cuba un padre espera la oportunidad de regresar legalmente a Estados Unidos. El desenlace de este caso dependerá de si USCIS y las autoridades migratorias estadounidenses deciden agilizar la petición familiar en consideración al peso humanitario.

Mientras tanto, Yisel sigue agradeciendo las muestras de apoyo y esperando que la solidaridad se traduzca en un resultado concreto: volver a reunir a su familia antes de que la salud de su hija se vea más afectada por la separación.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *