El domingo por la noche, una lancha bimotor tipo Stamas fue detenida por una escampavía del Servicio Guardacostas de Estados Unidos cuando se aproximaba al río Miami, a menos de una milla de su entrada. La embarcación había sido monitoreada desde las Bahamas por una tripulación aérea que siguió su ruta hasta aguas estadounidenses.
La operación culminó con el hallazgo de más de una docena de migrantes y un detalle inesperado: un arma de fuego con el logotipo del Departamento de Policía de Miami, incluido el nombre de alguien que no viajaba en la lancha, según detalló la denuncia del Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional.
Migrantes de dos nacionalidades
En el interior de la lancha viajaban 13 migrantes sin autorización legal para entrar a Estados Unidos, procedentes de República Dominicana (6) y Ecuador (7). Según el reporte de las autoridades, estas personas estaban ocultas en diferentes compartimentos de la nave.
Junto a ellos viajaban dos ciudadanos estadounidenses: Dariel Pérez Céspedes, de 26 años, identificado como piloto de la embarcación, y una mujer cuya identidad no se reveló y que no terminó detenida.
El hallazgo de un arma con sello policial
Uno de los aspectos más llamativos del operativo fue la localización de una pistola Glock en la consola central del barco. El arma tenía grabado el logotipo oficial de la policía de Miami y el nombre de una persona que no se encontraba a bordo.
Fue el propio Pérez Céspedes quien informó de inmediato al Servicio Guardacostas sobre la existencia del arma. El hallazgo abrió interrogantes sobre cómo llegó esa pistola a la embarcación y si se encuentra registrada como parte del inventario de la corporación policial. Hasta el momento, la policía de Miami no ha ofrecido declaraciones al respecto.
Traslado y protocolos habituales
Tras la intercepción, las autoridades trasladaron a los migrantes y el piloto a la base del Servicio Guardacostas en Miami y posteriormente al escampavías Rollin Fritch.
De acuerdo con los procedimientos habituales, los migrantes interceptados en rutas desde las Bahamas se devuelven a ese territorio, donde el gobierno local se encarga de su eventual deportación hacia los países de origen. Esta dinámica refleja cómo el archipiélago se ha convertido en un punto de tránsito clave para redes de tráfico de personas hacia Estados Unidos.
Cargos federales contra el piloto
El piloto, Dariel Pérez Céspedes, se acogió a su derecho a guardar silencio durante los interrogatorios. Ahora enfrenta cargos federales de tráfico de migrantes, que podrían acarrearle varios años de prisión y elevadas multas. Hasta el momento no se ha dado a conocer información sobre su defensa legal.
El trasfondo: las Bahamas como puerta de entrada
Las autoridades estadounidenses han reiterado en múltiples ocasiones que las Bahamas funcionan como trampolín para migrantes irregulares, que intentan llegar por mar a las costas de la Florida.
Funcionarios del HSI verificaron los registros de geolocalización de la nave de Pérez Céspedes, en los que se evidencia que zarpó de Bimini rumbo al sur de Florida ese día.
En años recientes, el Servicio Guardacostas ha reportado un incremento en intercepciones de embarcaciones precarias o de recreo modificadas para trasladar personas desde Bimini, Gran Bahama o Nassau hacia el sur de Florida. Estas operaciones no solo implican riesgos de naufragio y muerte, sino que además se organizan por redes de tráfico humano transnacional.
Interrogantes sobre la seguridad y la corrupción
El hallazgo de un arma con insignias oficiales genera interrogantes adicionales. De confirmarse que pertenecía a la policía de Miami, se abriría la puerta a investigaciones internas sobre pérdida, robo o uso indebido de equipo oficial.
Además, la presencia de un arma en este tipo de traslados expone a los migrantes a riesgos mayores, en un contexto donde ya enfrentan la vulnerabilidad del viaje irregular por mar.
Lo que sigue
Mientras Pérez Céspedes permanece bajo custodia y los migrantes enfrentan su proceso para la repatriación, el caso podría convertirse en un nuevo precedente judicial en materia de tráfico de personas en el sur de Florida.
La investigación sobre el arma hallada continúa abierta, y se espera que tanto la policía de Miami como las autoridades federales aclaren su procedencia en los próximos días.