Lluvias torrenciales convierten a La Habana en una ciudad sumergida en agua y desechos

Inundaciones con basura en La Habana. Foto: Video de Facebook de Adelth Bonne

La tarde y noche del martes 16 de septiembre, La Habana fue escenario de intensas lluvias que transformaron sus calles en auténticos ríos desbordados de agua y basura. Los barrios más afectados fueron Centro Habana, Diez de Octubre y zonas bajas de Marianao y Arroyo Naranjo, donde vecinos reportaron que el agua alcanzó niveles preocupantes, impidiendo el tránsito de vehículos y obligando a muchos a refugiarse en sus viviendas.

El fenómeno no solo generó inundaciones súbitas, sino también un serio problema sanitario: montones de desechos acumulados quedaron arrastrados por las corrientes, evidenciando las fallas en la recogida de basura y en el sistema de drenaje pluvial de la capital. En un video que publicó la activista Adelth Bonne en su cuenta de Facebook se puede observar la magnitud del problema que aunque para algunos quizás sea motivo de risas para otros no es más que una muestra más de la incapacidad del régimen cubano de garantizar la sanidad del pueblo.


La magnitud de las precipitaciones

De acuerdo con el meteorólogo Raydel Ruisánchez del Instituto de Meteorología de Cuba (INSMET), en la estación de Mariel, en Artemisa, se registraron 58,2 mm de lluvia en apenas una hora, acompañados de ráfagas de viento que alcanzaron los 67 km/h. En Güira de Melena, así como en varias estaciones dentro de La Habana, se reportaron acumulados similares.

Especialistas advierten que este tipo de eventos, concentrados en lapsos cortos de tiempo, generan un alto riesgo de inundaciones urbanas, sobre todo en ciudades con infraestructura obsoleta y sistemas de desagüe colapsados.

Un patrón que se repite cada año

Las lluvias torrenciales no son un fenómeno aislado. Cada temporada lluviosa, La Habana experimenta episodios similares. En 2024, fuertes aguaceros dejaron a decenas de familias evacuadas en Lawton y Cerro, mientras que en 2023 varias viviendas en Centro Habana y Habana Vieja sufrieron derrumbes parciales por filtraciones y humedad.

La acumulación de basura y la falta de mantenimiento en alcantarillas y drenajes siguen siendo un denominador común que convierte cada aguacero en una emergencia.

Impacto social y sanitario

Las imágenes que circularon en redes sociales mostraron a niños cruzando calles inundadas, familias tratando de salvar electrodomésticos de sus casas anegadas y basura flotando en las aguas turbias. Estos escenarios representan un serio riesgo sanitario por la proliferación de bacterias, mosquitos y plagas.


Vecinos expresaron su frustración: “No es solo la lluvia, es la basura que nunca recogen. El agua entra a las casas y trae consigo todo lo que estaba tirado en la calle”, relató una residente de Centro Habana.

Crisis eléctrica en medio del temporal

El aguacero coincidió con un apagón generalizado en varios bloques de La Habana, consecuencia de un déficit de 220 megawatts en el sistema eléctrico nacional. Según la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), la afectación alcanzó los bloques 1 al 6 de la capital, dejando sin luz a miles de familias justo en el momento más crítico de la tormenta.

La combinación de oscuridad, lluvias y basura acumulada aumentó la sensación de inseguridad, recordando episodios recientes donde apagones prolongados derivaron en protestas espontáneas en distintos barrios.

Pronóstico y advertencias

Los meteorólogos prevén que las lluvias continúen en las próximas horas, especialmente en las regiones occidental y central, acompañadas de tormentas eléctricas. El INSMET alertó sobre el peligro de inundaciones súbitas en zonas bajas y pidió a la población mantenerse informada.

En los barrios más afectados, los vecinos improvisan medidas para protegerse: levantar muebles sobre bloques, reforzar techos con lonas plásticas y almacenar agua potable ante posibles cortes en el suministro.

Durante la jornada predominarán vientos del nordeste al este, con fuerza moderada de 10 a 25 km/h. En horas de la tarde, en la franja costera norte, podrían registrarse ráfagas que alcancen e incluso superen los 30 km/h.

Una ciudad vulnerable al cambio climático

Los especialistas recuerdan que fenómenos como este podrían intensificarse debido al cambio climático, que incrementa la frecuencia de lluvias extremas en el Caribe. La falta de inversión en infraestructura hidráulica y la creciente acumulación de desechos hacen que La Habana sea cada vez más vulnerable.

“Lo que estamos viendo hoy será más común en los próximos años si no se modernizan los sistemas de drenaje y manejo de residuos”, advirtió un ingeniero hidráulico consultado por medios independientes.

El temporal en La Habana dejó mucho más que calles inundadas: expuso la fragilidad de una ciudad golpeada por el deterioro urbano, la crisis eléctrica y la falta de gestión de residuos. La combinación de lluvias torrenciales, apagones y acumulación de basura dibuja un escenario que, lejos de ser excepcional, se repite con mayor frecuencia y gravedad.

El desafío no es solo meteorológico, sino también estructural: mientras no se atiendan las causas de fondo, cada aguacero se convertirá en un recordatorio de las carencias que marcan la vida diaria en la capital cubana.


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