La costa este de Estados Unidos enfrenta esta semana una situación meteorológica compleja, marcada por inundaciones costeras, fuertes corrientes de resaca y oleaje peligroso que se extiende desde Carolina del Norte hasta el norte de Florida. El Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) ha emitido avisos de inundación costera y alertas de alto oleaje en una franja de más de 800 kilómetros, instando a residentes y turistas a extremar precauciones.
Factores que agravan el fenómeno
El riesgo actual no se debe a un ciclón activo, sino a una combinación de elementos naturales como bien explica FOX Weather entre ellos la presencia de un frente estacionario frente al Atlántico medio, intensos vientos del noreste que empujan el agua hacia tierra y el ciclo de luna llena, que incrementa de manera natural los niveles de marea.
La interacción de estos factores está generando lo que los expertos llaman “inundaciones por marea alta”, un fenómeno que puede provocar impactos significativos incluso en ausencia de tormentas tropicales.
Comunidades bajo amenaza
Entre las zonas más afectadas se encuentra Charleston, en Carolina del Sur, donde el agua salada invadió el pasado martes cruces viales como el de las autopistas 17 y 65. El mercado de Charleston y áreas cercanas también han sufrido inundaciones, con niveles de agua que superan en 15 centímetros lo habitual en estos eventos.
En Georgia y el norte de Florida, playas tradicionalmente concurridas en septiembre han visto reducido el flujo de visitantes debido a la peligrosidad del oleaje y las corrientes de resaca. En ciudades costeras de Carolina del Norte, las autoridades locales han desplegado brigadas de emergencia para vigilar zonas bajas que suelen inundarse rápidamente.
Impacto económico y social
El fenómeno llega en un momento sensible para comunidades dependientes del turismo. Comerciantes de áreas playeras, ya golpeados por el paso del huracán Erin semanas atrás, advierten que la combinación de baja temporada y condiciones marítimas adversas está dejando pérdidas acumuladas en hospedajes, restaurantes y servicios de playa.
Poco después del amanecer del martes, las cámaras costeras instaladas entre Virginia y Carolina del Sur mostraban un litoral golpeado por un oleaje intenso, con un mar visiblemente alterado tras el paso de la marea alta.
Además, las inundaciones recurrentes en áreas urbanas generan daños en infraestructuras, complicaciones en el tránsito y gastos adicionales en reparaciones municipales. En algunos sectores, el ingreso de agua salada está afectando incluso a sistemas de drenaje y redes viales.
Oleaje y corrientes de resaca
Más allá de las inundaciones, la situación sigue siendo riesgosa por las corrientes de resaca, que se mantienen en niveles elevados desde el extremo sur de Long Island, en Nueva York, recorriendo la Jersey Shore y gran parte del Atlántico medio, hasta alcanzar las costas de Carolina del Sur, Georgia y el norte de Florida.
Las autoridades alertan que el oleaje elevado y las corrientes marinas no solo ponen en riesgo a bañistas, sino también a surfistas y pescadores costeros. En el Atlántico medio, las corrientes de resaca han sido clasificadas como “altamente peligrosas”, con riesgo de arrastre incluso en zonas protegidas o ensenadas.
Meteorólogos subrayan que la ausencia de vigilancia en muchas playas durante septiembre agrava la vulnerabilidad de los turistas que decidan ingresar al mar pese a las advertencias.
Recomendaciones oficiales
- Evitar el ingreso al mar durante los picos de marea alta.
- Seguir los boletines del NWS y autoridades locales.
- Mantener precaución al circular en zonas bajas, especialmente en áreas urbanas propensas a inundaciones recurrentes.
- Para residentes: proteger bienes ante la posible entrada de agua salada y asegurar vehículos en terrenos elevados.
Contexto más amplio
Este episodio se suma a una tendencia creciente de “mareas rey” e inundaciones recurrentes en la costa este, fenómenos asociados al cambio climático y al incremento del nivel del mar. Ciudades como Miami Beach y Norfolk han invertido en sistemas de bombeo y elevación de calles, pero expertos advierten que el problema se intensifica con cada temporada.
De acuerdo con la NOAA, en 2024 se reportaron más de 50 días de inundaciones por marea alta en distintas ciudades del Atlántico, y las proyecciones indican que en la próxima década estos eventos podrían duplicarse.