Este jueves comenzó en Miami el juicio contra Ana María Núñez, una mujer cubana de 68 años acusada de apropiarse ilegalmente de más de 430 mil dólares pertenecientes a una anciana de 78 años con cáncer terminal. El caso, que ha generado fuerte atención mediática, se suma a un largo historial de estafas atribuidas a Núñez y reaviva el debate sobre la protección de los adultos mayores en el sur de Florida.
El caso que la lleva nuevamente a los tribunales
De acuerdo con la Fiscalía, Núñez se presentó como la hija de la víctima, obteniendo así un poder notarial que le permitió transferir la casa y los ahorros de la mujer enferma. La acusación sostiene que la estafadora actuó junto con su hijo, Pablo Figueroa, quien enfrentará juicio en noviembre próximo.
El testimonio de familiares y documentos presentados en corte apuntan a un esquema meticulosamente planificado, aprovechando el deterioro físico y emocional de la víctima, quien falleció poco tiempo después de los hechos. «Se hizo amiga de la víctima mientras su salud se deterioraba y moría de cáncer», dijo Stacy Cleveland, fiscal estatal adjunta quien tildó el hecho como un abuso contra una persona vulnerable.
Un historial marcado por la reincidencia
El nombre de Ana María Núñez es conocido en el sistema judicial de Florida. Registra al menos 16 condenas previas por fraude y robo mayor. Entre los casos más recientes destacan una acusación en 2022 contra ella y su hijo por apropiarse de 437 mil dólares de otro anciano con cáncer, utilizando identidades falsas y contratos fraudulentos.
En 2024, la policía de Miami la arrestó por engañar a un barbero, prometiéndole participación en una supuesta inversión en un satélite chino. El hombre perdió 105 mil dólares en aquel engaño. En 2021 organizó una empresa fantasma que prometía un rendimiento del 75 % a inversionistas, quienes nunca recuperaron su dinero.
Pese a este historial que registra el Departamento de Correccionales de Florida, la legislación impide que el jurado conozca sus antecedentes en el actual proceso, lo que podría influir en el resultado.
Según los registros de la corte, Núñez estaría vinculada a fraudes desde 1996, empleando tácticas como compañías de papel, contratos alterados y la manipulación de individuos en situación de vulnerabilidad.
La defensa: “Su único crimen fue la bondad”
El abogado defensor, Nicholas Sconzo, planteó que Núñez no cometió ningún delito y que la acusación se basa en interpretaciones erróneas. “El único crimen de Ana María ha sido su bondad”, afirmó en la apertura del juicio. La estrategia de la defensa buscará sembrar dudas sobre la validez del poder notarial y cuestionar la narrativa de manipulación presentada por la Fiscalía.
Un hijo también en la mira
El hijo de Núñez, Pablo Figueroa, será juzgado en noviembre bajo cargos similares. Las autoridades consideran que madre e hijo actuaban en conjunto, utilizando un mismo modus operandi: identificar a personas en condiciones de vulnerabilidad, ganarse su confianza y despojarlas de bienes y dinero.
Más víctimas potenciales
La Policía de Miami-Dade ha confirmado que investiga otros posibles casos vinculados a Núñez. Se cree que podrían existir más afectados, en su mayoría ancianos con problemas de salud, que todavía no han denunciado o que podrían haber fallecido sin que sus familias detectaran las irregularidades.
Impacto social: Florida, un terreno fértil para estos delitos
La magnitud del caso va más allá de un fraude individual. Florida concentra una de las poblaciones de adultos mayores más numerosas de Estados Unidos, con ciudades como Miami y Doral que albergan a miles de jubilados, muchos de ellos en situación de dependencia.
Este panorama convierte al estado en terreno fértil para estafadores que buscan aprovechar la vulnerabilidad de ancianos mediante maniobras legales, poderes notariales fraudulentos o falsas promesas de inversión.
Casos como el de Núñez ponen en evidencia la necesidad de reforzar mecanismos de protección, mayor supervisión notarial y campañas de concientización dirigidas a las familias.
Lo que está en juego en el juicio
El veredicto de este proceso podría sentar un precedente en la forma en que los tribunales de Florida abordan la reincidencia en delitos de fraude. Si bien la ley protege el derecho de la acusada a que su historial no condicione al jurado, la acumulación de casos plantea interrogantes sobre la eficacia del sistema judicial en frenar a estafadores reincidentes.
La comunidad, por su parte, observa con atención. Para muchos, este no es solo el juicio a una persona, sino un símbolo de una lucha más amplia: la protección de los ancianos, uno de los sectores más frágiles de la sociedad.
Posible sentencia para Ana María Núñez en Florida
La cubana de 68 años enfrenta cargos de fraude organizado, robo mayor y explotación de ancianos, delitos que, al superar los $100,000, son considerados graves de primer grado en Florida. Cada uno puede conllevar hasta 30 años de prisión y multas significativas.
Su caso es aún más delicado por dos factores agravantes:
- Reincidencia: registra al menos 16 condenas previas, lo que la convierte en “habitual offender”, con mayores penas y mínimos obligatorios.
- Vulnerabilidad de la víctima: una anciana de 78 años con cáncer terminal, lo que agrava la sanción.
En la práctica, aunque los cargos podrían acumularse, lo más común es que las condenas se unifiquen. Por lo tanto, la sentencia más probable estaría entre 15 y 30 años de cárcel, siguiendo precedentes en Miami-Dade para fraudes millonarios contra adultos mayores.