El mercado laboral estadounidense no es tan sólido como se creía. El Bureau of Labor Statistics (BLS) anunció que en el período comprendido entre abril de 2024 y marzo de 2025 se crearon 911 000 empleos menos de los reportados inicialmente en sus informes mensuales. El ajuste, equivalente a una reducción del 0,6 % del total de empleos, se ubica entre los más grandes de las últimas décadas y plantea interrogantes sobre la calidad de las estadísticas y la dirección de la política económica del país.
Un ajuste sin precedentes recientes
El recálculo se realizó como parte del proceso anual del BLS, que compara los datos mensuales con el Quarterly Census of Employment and Wages (QCEW), un registro basado en nóminas reales de empresas y considerado más preciso.
La corrección equivale a 76 000 empleos menos por mes, reduciendo la media mensual de creación de puestos de trabajo de aproximadamente 150 000 a poco más de 74 000. En años anteriores, el promedio de revisiones se situaba en torno al 0,2 %, lo que evidencia la magnitud del ajuste actual.
Sectores más golpeados
El impacto se concentró en actividades clave para la economía tales como el ocio y la hostelería, con 176 000 empleos menos, un golpe para restaurantes, hoteles y entretenimiento. Los servicios profesionales y empresariales tuvieron 158 000 menos empleos, lo que refleja menor dinamismo corporativo, mientras que el comercio minorista vio 126 000 menos, señal de un consumo debilitado en medio de la inflación. Estos sectores emplean a millones de trabajadores y resultan fundamentales en las principales ciudades del país.
Razones del error estadístico
Las discrepancias se explican por varios factores baja respuesta de empleadores en las encuestas mensuales, limitaciones del modelo “birth-death”, que calcula el efecto de la apertura y cierre de empresas y tiende a sobrestimar la creación de empleo, así como mayor precisión del QCEW, basado en registros obligatorios de nómina, que revela con claridad la diferencia entre lo estimado y la realidad.
Impacto en la política económica
El ajuste puede influir en las decisiones de la Reserva Federal (Fed), ya que refuerza la visión de un mercado laboral debilitado y podría abrir la puerta a un recorte de tasas de interés. Sin embargo, algunos economistas advierten que los datos revisados corresponden a un período ya cerrado y no necesariamente justifican medidas inmediatas.
En el plano político, el presidente Donald Trump reaccionó con dureza, destituyendo al director del BLS y anunciando un informe sobre fallos en la recolección de datos. Para la Casa Blanca, el error mina la narrativa de un empleo robusto y obliga a retomar el control del discurso económico.
Repercusiones en la confianza del mercado
Los analistas advierten que el ajuste erosiona la credibilidad del reporte mensual de empleo, considerado el indicador más influyente para inversionistas y responsables de política monetaria.
Para los mercados financieros, la corrección despierta dudas sobre la precisión de otros indicadores económicos. Para las empresas, sugiere un escenario de menor dinamismo en la contratación. Y para los consumidores, refuerza la sensación de fragilidad en un momento en que la inflación sigue presionando los presupuestos familiares.
Próximos pasos
La revisión publicada es preliminar. El BLS informó que la versión definitiva se dará a conocer en febrero de 2026, cuando se disponga de todos los registros del QCEW. Hasta entonces, el mercado laboral permanecerá en el centro del debate político y económico.
Contexto histórico
Desde la crisis financiera de 2008 no se registraba una corrección de esta magnitud. El ajuste actual, que recorta casi un millón de empleos de las cifras oficiales, revive el debate sobre la confiabilidad de las estadísticas y anticipa un escenario electoral donde la economía volverá a ser el tema central.
La corrección de 911 000 empleos menos no es un simple detalle técnico. Representa un golpe a la confianza en las estadísticas oficiales y pone en entredicho la solidez de la recuperación laboral. A la espera de la revisión definitiva en 2026, la economía y la política estadounidense se preparan para enfrentar un debate intenso sobre el verdadero estado del empleo en el país.