
Lo que parecía una fuga perfectamente planeada terminó con esposas y cámaras grabando cada paso. Alvi Limani, de 20 años, fue detenido junto a su madre, Vilma Vneshta, en el Aeropuerto Internacional de Miami el 17 de julio, acusado de provocar un accidente mortal durante una carrera ilegal en Nueva Jersey y luego intentar abandonar el país.
Del asfalto al intento de escape
De acuerdo con la fiscalía de Nueva Jersey, Limani participaba en una carrera clandestina de alta velocidad cuando perdió el control de su vehículo. El impacto fue devastador: un joven perdió la vida y otro resultó gravemente herido. El accidente generó una investigación inmediata, pero en lugar de entregarse, Limani optó por huir.
Las autoridades sostienen que su madre jugó un papel clave en la evasión. Presuntamente, Vneshta habría ayudado a organizar el viaje hacia un destino internacional, coordinando el embarque desde Miami. La estrategia fracasó cuando los agentes, que ya les seguían la pista, interceptaron el vuelo antes del despegue.
La captura y la reacción pública
El momento de la detención quedó registrado en un video que rápidamente se volvió viral en redes sociales. En las imágenes se observa a madre e hijo descendiendo esposados del avión, rodeados por agentes de seguridad, ante la mirada atónita de los pasajeros. El hecho ha desatado un intenso debate sobre el papel de los familiares en la protección —o encubrimiento— de personas acusadas de delitos graves.
Los cargos y el proceso judicial
Limani enfrenta acusaciones por homicidio vehicular, asesinato agravado y fuga para evitar su arresto. Por su parte, Vneshta fue imputada por obstrucción de la justicia al ayudar a su hijo a evadir a las autoridades. Ambos permanecen bajo custodia a la espera de audiencias preliminares que determinarán si serán trasladados a Nueva Jersey para enfrentar juicio.
Un problema que va en aumento
Las carreras ilegales de autos no son un fenómeno nuevo, pero sí creciente en varios estados del país. Según datos de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), este tipo de competencias ha estado vinculado a decenas de muertes anuales, con un repunte tras la pandemia debido al aumento del tráfico nocturno y la facilidad de organización a través de redes sociales.
En Nueva Jersey, autoridades locales han reforzado la vigilancia en puntos estratégicos, mientras que en Florida —especialmente en el sur del estado— se han implementado operativos especiales para decomisar vehículos involucrados en estos eventos. Sin embargo, casos como el de Limani evidencian la dificultad para frenar la práctica y las consecuencias mortales que puede acarrear.
Llamado de las autoridades
Funcionarios de tránsito y seguridad vial han reiterado su llamado a la población joven para evitar este tipo de actividades, señalando que la velocidad excesiva y la imprudencia no solo ponen en riesgo la vida de los participantes, sino también la de conductores y peatones inocentes. “Cada vez que alguien pisa el acelerador en una carrera ilegal, está jugando con vidas humanas”, declaró un portavoz de la policía estatal.
El proceso judicial contra Alvi Limani y Vilma Vneshta podría convertirse en un caso emblemático, no solo por la gravedad de los cargos, sino también por el componente de ayuda familiar en una fuga, un elemento que los fiscales podrían usar como ejemplo para advertir sobre las consecuencias legales de encubrir delitos.
El caso de Alvi Limani y su madre, detenidos en Miami tras intentar huir luego de un accidente mortal en Nueva Jersey, no es un hecho aislado. Durante este año, las carreras ilegales han provocado una serie de tragedias en distintas partes del país, cobrando múltiples vidas y dejando a comunidades enteras en shock.
En febrero, en Mount Holly, Nueva Jersey, una competencia clandestina en la Ruta 38 terminó con un coche volcado e incendiado, causando la muerte del conductor e hiriendo a varios agentes que intentaban rescatarlo.
En marzo, en Filadelfia, un Mazda que corría contra un Dodge Challenger se salió de la autopista I-95, cayendo por un desnivel. El impacto dejó dos hermanos muertos y otros dos heridos de gravedad, además de la muerte de un cachorro que viajaba con ellos.
En mayo, Davie, Florida, fue escenario de una colisión fatal cuando tres o cuatro vehículos en carrera arrollaron a dos motoristas, provocando su muerte instantánea. Ese mismo mes, en Camden, Nueva Jersey, una persecución de alta velocidad el Día de la Madre acabó con la vida de un conductor inocente de 59 años que regresaba a casa.
Finalmente, en junio, un accidente en la Garden State Parkway de Nueva Jersey —atribuido a una carrera ilegal entre dos BMW— dejó un joven muerto tras ser expulsado del vehículo. El conductor implicado, identificado como Alvi Limani, huyó del estado con ayuda de su madre, pero ambos fueron capturados en Miami antes de abordar un vuelo internacional.
Las autoridades advierten que el fenómeno de las carreras clandestinas continúa en aumento, alimentado por convocatorias en redes sociales y la búsqueda de adrenalina entre jóvenes conductores. Los operativos se intensifican, pero las cifras de muertes revelan que la batalla contra esta peligrosa práctica está lejos de ganarse.