La ilusión de un grupo de niñas pinareñas de brillar en un escenario internacional se ha visto súbitamente truncada. El equipo infantil femenino de sóftbol de La Palma, en la provincia cubana de Pinar del Río, no pudo viajar a Puerto Rico para participar en un torneo clasificatorio de la región Caribe, después de que Estados Unidos negara las visas a los siete integrantes adultos que conformaban el cuerpo técnico y de apoyo de la delegación, según la Federación Cubana de Béisbol y Sóftbol (FCBS).
Paradójicamente, las 14 jugadoras, todas menores de edad, sí recibieron la aprobación de sus visados, lo que ha generado confusión y malestar en las autoridades deportivas cubanas, así como en familiares y seguidores del deporte en la isla. Sin sus entrenadores ni responsables, las niñas no podían viajar solas ni participar en la competencia, prevista del 14 al 18 de julio en territorio puertorriqueño.
“La embajada estadounidense otorgó el visado a las 14 jugadoras, pero no a los adultos encargados de conducir el proceso competitivo y velar por la integridad de las niñas”, refiere un comunicado de la FCBS.
Trámites cumplidos y viaje frustrado
Según reportes de medios oficiales, la delegación cubana había realizado los trámites consulares en La Habana el pasado 23 de junio. Tanto entrenadores como jugadoras se presentaron a entrevistas en la sede diplomática estadounidense, y los boletos aéreos estaban reservados para el vuelo del 13 de julio a bordo de American Airlines. No obstante, en los días previos al viaje, el grupo técnico recibió la notificación de que sus solicitudes habían sido denegadas, sin que se ofrecieran explicaciones detalladas sobre los motivos individuales de cada negativa.
Razones políticas detrás de la medida
Aunque la embajada de Estados Unidos en La Habana no ha emitido un comunicado oficial sobre este caso específico, la medida parece alinearse con las políticas migratorias más estrictas implementadas desde la administración de Donald Trump y mantenidas, con matices, por la actual Casa Blanca. Cuba continúa figurando en la lista estadounidense de países patrocinadores del terrorismo, lo que, según Washington, impone restricciones adicionales en materia migratoria por consideraciones de seguridad nacional.
En el plano deportivo, estas restricciones han tenido consecuencias palpables. En los últimos meses, varias delegaciones deportivas cubanas han sufrido negativas de visados, afectando disciplinas como el voleibol, el atletismo y hasta directivos del Comité Olímpico Cubano. Las trabas migratorias han encendido las alarmas en La Habana, especialmente ante la cercanía de eventos como los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, cuya participación podría verse comprometida si persisten los obstáculos para obtener visados.
Impacto en el deporte y las atletas
Para las autoridades deportivas cubanas, lo sucedido con el equipo infantil de sóftbol representa un golpe tanto en lo competitivo como en lo emocional. La Federación Cubana de Sóftbol calificó el hecho de “muy lamentable” y carente de sentido, subrayando el esfuerzo de las niñas y sus familias durante meses de entrenamientos y preparación.
«No tiene sentido impedir la entrada a entrenadores de un equipo infantil cuyo único propósito era jugar sóftbol”, dijo en su perfil de Facebook el comentarista deportivo cubano Yasel Porto quien reside en Estados Unidos hace varios años.
Además explicó que «este equipo debía participar en el clasificatorio caribeño al mundial de las pequeñas ligas con sede en Puerto Rico, y solo los menores fueron aprobados. Algo sin sentido ninguno, tratándose de DEPORTE y, sobre todo, de un equipo de niñas que no iban otra cosa que jugar softbol y tratar de lograr el mejor resultado posible».
Analistas y periodistas especializados en deporte han coincidido en que, más allá de las implicaciones políticas, estas negativas impactan de forma particularmente injusta en atletas menores de edad, que poco tienen que ver con las tensiones diplomáticas y que pierden oportunidades de crecimiento personal y deportivo.
Preocupación de cara al futuro
La comunidad deportiva cubana se muestra cada vez más preocupada por el patrón que se consolida en torno a la concesión de visados para eventos internacionales. “La política está cercenando el derecho de nuestros atletas a competir y desarrollarse”, expresó un entrenador vinculado al sóftbol en declaraciones a medios cubanos.
Mientras tanto, padres y familiares de las jugadoras lamentan no solo la cancelación del viaje, sino la desilusión que supone para las niñas perder la posibilidad de vivir una experiencia única. “Es muy duro explicarles que no pueden ir, cuando tenían todo listo. Han llorado mucho”, relató una madre, cuyo testimonio refleja la dimensión humana de un conflicto eminentemente político.
Con este nuevo episodio, Cuba suma otra página a la larga lista de dificultades que enfrenta su deporte para insertarse en el circuito internacional, en un contexto de tensiones diplomáticas, crisis económica interna y restricciones migratorias que, lejos de aflojar, parecen haberse intensificado en los últimos meses.
Mientras tanto, el destino deportivo de muchas delegaciones cubanas pende de un hilo, y la incertidumbre se cierne sobre la posibilidad de que la isla pueda tener una representación plena en eventos internacionales de primer nivel, incluidos los Juegos Olímpicos de 2028 en suelo estadounidense.
Algo parecido ocurrió con la selección femenina de voleibol de Cuba, la cual no podrá disputar el torneo Norceca Final Four previsto del 18 al 20 de julio en Manatí, Puerto Rico, tras la negativa de Estados Unidos a concederles visas. En total, 16 integrantes del equipo —doce jugadoras, entrenadores, árbitro y personal técnico— vieron rechazadas sus solicitudes de visado, lo que ha generado fuerte malestar en la Federación Cubana de Voleibol, que calificó la medida de “injusta y discriminatoria.”
Las autoridades deportivas de la isla advirtieron que esta ausencia les resta importantes puntos de clasificación, afectando sus posibilidades de participar en la Volleyball Nations League y, a largo plazo, en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. La decisión ocurre en el contexto de las restricciones migratorias impuestas por EE. UU. a Cuba, política que ha impactado a otros deportes como el sóftbol y el baloncesto. Para Cuba, este episodio refleja cómo las tensiones políticas pueden repercutir directamente en el ámbito deportivo y limitar la proyección internacional de sus atletas.