Una delegación de legisladores estadounidenses visitó este sábado el polémico centro de detención para inmigrantes conocido como “Alligator Alcatraz”, ubicado en el Aeropuerto de Entrenamiento y Transición Dade-Collier, en pleno corazón de los Everglades de Florida. El recorrido, fuertemente restringido, dejó al descubierto profundas divisiones políticas sobre las condiciones de las instalaciones y el trato que reciben los migrantes allí detenidos.
El centro, inaugurado el pasado 3 de julio, fue concebido como una solución transitoria para albergar hasta 3,000 migrantes, con planes de ampliación para llegar a 5,000. Su emplazamiento en una zona remota y ecológicamente sensible, sumado a denuncias sobre condiciones precarias, lo han convertido en epicentro de controversia política y social.
Legisladores Demócratas Denuncian “Condiciones Inhumanas”
Legisladores demócratas como Debbie Wasserman Schultz y Maxwell Frost describieron escenas alarmantes tras su recorrido. Señalaron que los detenidos están confinados en celdas con hasta 32 personas, disponiendo de apenas tres baños, soportando altas temperaturas de casi 29 °C, y conviviendo con insectos como saltamontes y moscas.
“Fue espantoso, vil y profundamente perturbador”, expresó Wasserman Schultz, quien agregó que observaron suelos contaminados con orina y excremento, falta de duchas adecuadas y alimentos limitados a sándwiches, manzanas y bolsas de papas fritas. Los legisladores también escucharon gritos de detenidos clamando ser ciudadanos estadounidenses y denunciando presuntos envenenamientos con cloro.
Para los demócratas, la ubicación del centro, su carácter improvisado y la opacidad en torno a sus operaciones levantan serias dudas sobre el respeto a los derechos humanos y el uso de fondos públicos. Además, han interpuesto demandas para lograr inspecciones más exhaustivas tras denuncias de obstáculos para ingresar a las instalaciones.
Republicanos Defienden la Instalación
En contraste, legisladores republicanos como Blaise Ingoglia y Jay Collins defendieron el centro. Tras la misma visita, aseguraron que el lugar estaba limpio, contaba con aire acondicionado funcional, generadores de respaldo, y ofrecía condiciones aceptables considerando su propósito temporal.
“Es básico, pero cumple su función”, aseguró Collins, subrayando que se trata de un centro de paso y no de una instalación carcelaria permanente.
Preocupaciones Ambientales y Legales
Además de las discrepancias políticas, “Alligator Alcatraz” ha suscitado preocupación ambiental. Organizaciones como Friends of the Everglades cuestionan que el centro se haya construido sin estudios ambientales completos, en una zona sensible y cercana a territorios tribales, lo que ha generado amenazas de litigios adicionales.
Una Controversia que Trasciende Fronteras
La visita de los legisladores, inicialmente bloqueada y finalmente permitida tras presiones legales, ha visibilizado el choque entre las narrativas políticas y las realidades migratorias en Estados Unidos. Mientras el gobierno de Florida y el Departamento de Seguridad Nacional defienden el centro como modelo de eficiencia en la gestión migratoria, voces críticas lo describen como un símbolo de políticas migratorias cada vez más severas y deshumanizantes.
Por ahora, “Alligator Alcatraz” sigue operativo, en medio de denuncias, investigaciones en curso y un intenso debate nacional que entrelaza migración, derechos humanos y política ambiental.