
En el corazón de uno de los vecindarios más exclusivos y vigilados de Miami, Bay Point, la vida transcurre entre calles arboladas, canales de agua cristalina y residencias que parecen más mansiones de película que simples casas. Allí, Enrique Iglesias y Anna Kournikova siguen escribiendo su propia historia de amor y lujo. La pareja acaba de sumar un nuevo capítulo con la compra de una propiedad valorada en 6,5 millones de dólares, consolidando lo que ya es un verdadero “compound” privado en la zona.
Según documentos públicos, la transacción se realizó a través de una empresa vinculada al representante financiero de Iglesias, una estrategia frecuente entre celebridades que buscan mantener discreción sobre sus adquisiciones. La nueva residencia suma 4.350 pies cuadrados, con cinco habitaciones, cuatro baños completos y un medio baño, en un lote de casi un tercio de acre.
Una expansión que suma exclusividad
Para Iglesias y Kournikova, no se trata de una simple compra inmobiliaria. Con esta última adquisición, su imperio en Bay Point alcanza un tamaño aproximado de 2,5 acres, fruto de inversiones continuas desde 2009 que ascienden a 21,5 millones de dólares. No se trata solo de residencias, sino de terrenos baldíos y viviendas de mediados del siglo pasado que han ido reuniendo para crear un refugio a su medida.
Frente a la nueva propiedad se alza la residencia principal de la pareja, una mansión impresionante de 19.233 pies cuadrados, con siete dormitorios, 12 baños, piscina, pista de tenis y un muelle privado, todo ello distribuido en un lote de 1,6 acres. Desde allí disfrutan de la privacidad que solo Bay Point puede ofrecer, un barrio que se ha convertido en sinónimo de seguridad, prestigio y cercanía al vibrante Design District de Miami.
Bay Point, el imán de los millonarios
Entre el bullicio de Miami y el brillo del mar, se esconde Bay Point, un vecindario que, aunque discreto, se ha convertido en uno de los rincones más codiciados por millonarios, celebridades y magnates. No es casualidad que figuras como Enrique Iglesias y Anna Kournikova inviertan millones para ampliar allí su refugio privado. Las razones son múltiples, y todas tienen que ver con el lujo, la seguridad y el potencial de inversión. Bay Point es un barrio cerrado y vigilado las 24 horas, lo que lo convierte en una verdadera fortaleza para quienes valoran la privacidad.
Aunque se siente como un enclave aislado, Bay Point está a minutos del Design District, Wynwood y el centro de Miami. Sus residentes disfrutan de rápida conexión con restaurantes exclusivos, arte, vida nocturna y tiendas de lujo, sin sacrificar la sensación de vivir en un barrio residencial y tranquilo. Muchas propiedades en Bay Point cuentan con acceso directo a canales o vistas a la Bahía de Biscayne. Esto no solo eleva el estilo de vida —pensemos en yates amarrados en muelles privados—, sino que añade un valor inmobiliario significativo. Para inversionistas, la proximidad al agua es sinónimo de plusvalía casi garantizada.
Bay Point no es tan famoso como otras áreas como Star Island o Indian Creek, y eso lo hace aún más exclusivo. Allí, los residentes se conocen y protegen mutuamente su privacidad, generando una comunidad de alto perfil que comparte el deseo de mantener un perfil bajo.
No es casualidad que celebridades y magnates pongan sus ojos en Bay Point. El vecindario ha registrado en los últimos años cifras de vértigo: un terreno de 1,7 acres se vendió recientemente por 85,2 millones de dólares, mientras otras propiedades han alcanzado precios de 23,5 millones y 13,4 millones de dólares, esta última perteneciente al exjugador de los Miami Heat, Goran Dragić.
La zona ha visto aumentar su valor de manera acelerada, convirtiéndose en un enclave codiciado para aquellos que buscan no solo residencias de lujo, sino una inversión sólida a largo plazo. Iglesias y Kournikova parecen estar siguiendo esa misma estrategia, construyendo un legado inmobiliario que, en muchos sentidos, refleja el de Julio Iglesias, padre del cantante, quien también posee extensas propiedades en Indian Creek Island, otro reducto millonario de Miami.
Más que ladrillos: privacidad y futuro
Para Enrique y Anna, cada compra parece ser tanto un refugio como una jugada financiera. Su creciente “compound” en Bay Point no solo les garantiza privacidad y espacio para criar a sus hijos, sino que también los posiciona dentro de un mercado que sigue batiendo récords. En una ciudad donde el lujo y el mar se entrelazan en cada esquina, la pareja está asegurando su lugar —y su tranquilidad— en un rincón privilegiado de Miami.
Así, mientras los reflectores del espectáculo siguen atentos a sus carreras y vidas personales, Enrique Iglesias y Anna Kournikova continúan construyendo, ladrillo a ladrillo, el oasis donde prefieren escribir su historia lejos del ruido del mundo.