
Un médico cubano fue detenido este lunes 23 de junio por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en San Antonio, Texas, justo después de asistir a una audiencia en una corte migratoria. El hecho ha generado gran preocupación en la comunidad migrante, al considerar que estas acciones convierten las citas legales en posibles trampas de deportación.
El profesional, que vestía camisa blanca, chaleco y corbata, fue abordado por agentes enmascarados mientras salía de la corte. Sin explicación clara, fue escoltado hasta un autobús de ventanas polarizadas junto a otros diez migrantes, entre ellos una madre peruana con sus dos hijas menores y varios venezolanos. Todos fueron trasladados al centro de detención de Crosspoint.
“Soy cubano, médico… no me dijeron por qué desestimaron mi caso. Tengo miedo de regresar a Cuba”, expresó el hombre ante medios de prensa presentes en el lugar. También señaló que no contaba con representación legal en el momento de su arresto.
Este operativo se enmarca dentro de una preocupante estrategia de ICE, que ya ha sido denunciada por activistas locales y familiares de detenidos. Según testimonios, la agencia estaría utilizando las audiencias migratorias como mecanismo para identificar y detener a migrantes, incluso a aquellos que cumplen con los procedimientos establecidos por la ley.
El caso del médico no es aislado. El pasado 12 de junio, una familia cubana que llevaba tres años en proceso de asilo también fue arrestada en circunstancias similares. La comunidad cubana en Texas ha manifestado alarma por el creciente número de detenciones inesperadas, lo que ha derivado en un clima de miedo e incertidumbre.
Organizaciones defensoras de derechos humanos han exigido mayor transparencia en los procedimientos de ICE y el respeto a los derechos de los solicitantes de asilo, muchos de los cuales —como el médico cubano— temen por su seguridad si son deportados a sus países de origen.
Este caso reaviva el debate sobre las políticas migratorias actuales en Estados Unidos, y pone en el centro del foco la necesidad de revisar los métodos con los que se aplican las detenciones a migrantes que no representan un riesgo y que están en pleno cumplimiento de los requisitos legales.
En las últimas semanas, se han multiplicado los casos de migrantes cubanos que han sido detenidos por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) justo después de asistir a audiencias migratorias en cortes de distintas ciudades de Estados Unidos. Esta estrategia, que se ha reportado especialmente en Texas y Florida, ha encendido las alarmas entre comunidades migrantes y defensores de derechos humanos.
Uno de los casos más recientes ocurrió el 16 de junio en Miami, cuando un padre cubano fue arrestado en los pasillos de un tribunal federal tras asistir a su audiencia. Aunque su caso fue desestimado, fue abordado por agentes de ICE sin explicación clara, generando indignación en su familia, que calificó el acto como “injusto”.
Pocos días antes, el 3 de junio, en la misma ciudad, otro migrante cubano identificado como Randy —barbero de Pinar del Río— fue detenido al salir de la corte de Brickell. Su esposa relató que no tenía antecedentes penales y que la detención fue “bien traumática”, especialmente por lo repentino del hecho: “lo esposaron y se lo llevaron sin decir mucho”.
En Orlando también se reportó un caso similar: un padre cubano con estatus I-220A —una figura humanitaria que permite permanecer legalmente en EE.UU. mientras se resuelve su caso migratorio— fue arrestado después de que su solicitud de asilo fuera rechazada.
Uno de los operativos más graves tuvo lugar el 12 de junio en San Antonio, Texas, cuando una familia cubana fue detenida tras su audiencia legal. ICE habría esperado fuera del tribunal para proceder con un arresto inmediato, pese a que la audiencia había sido atendida conforme a la ley.
Estos casos forman parte de un patrón que diversos abogados y organizaciones ya califican como una nueva táctica sistemática de ICE: esperar que los jueces desestimen o cierren los casos migratorios para luego ejecutar detenciones al salir del tribunal. En muchos de estos operativos, los migrantes no cuentan con representación legal al momento del arresto, y se les niega la oportunidad de apelar.