El presidente Donald Trump decidió prolongar por 90 días adicionales el plazo para que la plataforma de videos TikTok logre encontrar un comprador que no tenga vínculos con China, con el objetivo de evitar su prohibición en Estados Unidos por presuntos motivos de seguridad nacional. Esta medida fue anunciada por la Casa Blanca y busca mantener la aplicación en funcionamiento mientras se resuelve la situación.
La administración Trump había impuesto previamente una ley que obliga a la empresa matriz de TikTok, ByteDance, a ceder el control de la red social en territorio estadounidense para impedir que las autoridades chinas accedan a los datos personales de los usuarios o puedan influir en la opinión pública a través de su poderoso algoritmo.
Sin embargo, la entrada en vigor de esta ley ya había sido aplazada en dos ocasiones anteriores, cada una por 75 días. Ahora, con esta nueva extensión de 90 días, la fecha límite para que TikTok encuentre un comprador no chino se traslada a mediados de septiembre de 2020.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Caroline Levit, afirmó en un comunicado que el presidente Trump ha manifestado en repetidas ocasiones que no desea que TikTok desaparezca del mercado estadounidense. Por ello, firmará una orden ejecutiva adicional esta semana que permitirá que la plataforma continúe operando durante este período de transición.
Para que la venta se concrete, es necesaria la aprobación tanto de ByteDance como de las autoridades chinas. Hasta el momento, no se ha recibido el visto bueno por parte de Pekín, lo que complica la operación y genera incertidumbre sobre el futuro inmediato de TikTok en Estados Unidos.
A pesar de las preocupaciones oficiales sobre la seguridad y la posible influencia del gobierno chino, hasta ahora no se han presentado pruebas concretas que justifiquen estos temores. No obstante, la administración estadounidense mantiene la postura de proteger los datos personales de sus ciudadanos y garantizar la soberanía informativa.
La extensión del plazo ofrece un respiro tanto para los usuarios de TikTok en Estados Unidos como para la empresa, que busca una solución viable para continuar operando sin interrupciones. Además, esta situación refleja la creciente tensión entre Estados Unidos y China en el ámbito tecnológico y de seguridad digital.
El futuro de TikTok dependerá en gran medida de las negociaciones entre las partes involucradas y de las decisiones políticas que se tomen en los próximos meses. Mientras tanto, la plataforma sigue siendo una de las redes sociales más populares en el país, con millones de usuarios activos diariamente.
La decisión refleja un delicado equilibrio entre la protección de datos, la política internacional y el impacto en el mercado tecnológico, temas que seguirán siendo objeto de atención en las próximas semanas.