Eduardo Pérez de Morales, de 27 años, cubano residente en Miami y hermano menor de un prófugo de la justicia de Estados Unidos por estafar al Medicare, fue acusado de lavar $238 millones en dinero sucio del Medicare de la Florida en el sistema bancario de Cuba y recibió una condena de Tres años y medio.
La sentencia es considerada suave por los expertos pero el juez tuvo en cuenta que cuando su hermano mayor lo recluto era muy joven por lo que se consideró un atenuante. Pérez se disculpó ante el juez y admitió que la codicia lo llevo a seguir trabajando con su hermano a pesar de saber que estaba cometiendo un delito.
“El señor Pérez admite que acabó dándose cuenta de que estaba involucrado en un plan para lavar dinero, pero llegado a ese punto estaba demasiado embrollado y no se retiró de la conspiración como debió haber hecho”, dijo su abogado Gustavo Lage en un documento judicial.
El caso de Eduardo Pérez de Morales fue la primera prueba obtenida de que estafadores al Medicare envían dinero a Cuba para evadir los controles de Estados Unidos.
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