Desde el pasado 12 de agosto transportistas privados en Villa Clara se niegan a trabajar, en una especie de «huelga de brazos caídos», a causa de los precios topados impuestos por el Gobierno, a medida que el transporte público colapsa en la provincia, las autoridades ponen más presión, y amenazan con decomisarles sus vehículos, sino comienzan a prestar servicios a la población, informa Diario de Cuba.
Medios de prensa oficialistas alegan que los conductores que se nieguen a regresar a lo que el Gobierno denomina «su labor social», sabotean «la estabilidad ciudadana», y en caso de que no trabajen como transportistas serán vistos como «enemigos de la obra de la Revolución».
Representantes del Ministerio del Interior (MININT), el Partido Comunista de Cuba (PCC), el Ministerio de Transporte (MITRANS), el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) y el Sistema Empresarial del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR), crearon diez «grupos multisectoriales» para hacer «visitas» a los huelguistas, comentó el opositor Guillermo Fariñas Hernández, Premio Sajarov 2010.
A partir del 14 de agsto las amenazas contra los transportistas cambiaron de carácter, indicaron varios de los cuentapropistas visitados por el grupo multisectorial.
Si antes les advirtieron que si no regresaban a trabajar les cancelarían las licencias, ahora si no vuelven a prestar sus servicios, confiscarán sus vehículos.
La huelga silenciosa se produce en otras provincias del país, como Santiago de Cuba, Cienfuegos y Camagüey.
Los cuentapropistas se niegan a trabajar, porque al toparle los precios de los pasajes, lo que ganan no les alcanza para subsistir.
Es necesario peermanecer firme antes las amenazas de las autoridades, según un chofer de motoneta en Santa Clara, ya que en caso de ejecutar las confiscaciones de vehículos habría protestas mucho peores y las posturas de los huelguistas se radicalizarían, acotó.
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