La crisis en todos los ámbitos y el incremento de la represión en Cuba, podrían ser el detonante para un estallido social, alertan prestigiosos opositores desde la Isla.
Los ex prisioneros de la Primavera Negra del 2003, Angel Moya Acosta, Félix Navarro Rodríguez, Jorge Olivera Castillo e Iván Hernández Carrillo, además el galardonado disidente y también ex preso de conciencia Guillermo Fariñas, concordaron en que no descartan que el significativo aumento de la represión está vinculado a la etapa de profunda crisis que experimenta el país, de la que el régimen tiene conocimiento.
La disidencia cubana coincide en que el excesivo hostigamiento del régimen responde al deseo de dar un escarmiento a la ciudadanía y en especial a los activistas más reconocidos, a fin de contener lo que podría sentar las bases para un estallido social.
Según Fariñas, coordinador del Foro Antitotalitario Unido (FANTU), quien percibe que el régimen «podría estar esperando» un movimiento grande en respuesta al descontento popular, explica que las recientes amenazas y arrestos a artistas, periodistas independiente y opositores, forman parte de un mensaje claro de los represores.
«Si lo hacen contra nosotros que somos más conocidos lo pueden hacer contra el resto de la oposición», sostuvo el Premio Andrei Sájarov del Parlamento Europeo en 2010.
El alza de la represión comenzó en julio del pasado año, detallan los líderes entrevistados.
Ya el gobierno «no puede evitar» la severa crisis económica y social, al tiempo que aumenta la insatisfacción del pueblo, opina Fariñas.
Sin embargo, la dictadura no quiere perder el control, asegura Ángel Moya, quien a su vez observa que el Gobierno no puede controlarlo todo, de ahí que busque la medida más directa: intimidar a la sociedad civil, por ello el escarmiento con figuras de la talla del líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) José Daniel Ferrer.
«…Está latente el estallido social porque la vida en Cuba es insoportable, las carencias afectan a todos por igual y la sociedad civil de ahora no es la misma de hace dos décadas atrás», añade.
Aunque antes el régimen podía engañar al pueblo, el fenómeno de las redes sociales ahora es una vía directa para informar a la sociedad, y las mismas desacreditan el discurso oficial, apunta Moya.
«La dictadura lo sabe, pero no puede controlarlo», explicó el esposo de Berta Soler, líder de las Damas de Blanco.
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