Un doctora cubana dedicó un mensaje al mundo para mostrar como dejan Cuba muchos profesionales de la salud que deciden buscar un vida de libertad y prosperidad para ellos y sus familias.
Aquí les dejamos el mensaje completo de la doctora cubana publicado en Facebook.
Con los títulos bajo el brazo y las maletas llenas de sueño. Así salimos de Cuba millones de Cubanos, muchos buenos profesionales médicos, enfermero@s,ingenieros,maestros en fin muchos, que al día de hoy siguen con los títulos enrollados y guardados y ellos en camiones, fábricas, sirviendo copas detrás de una barra, cocinas, cuidadores de ancianos, y entonces aquí comienzan los sueños hacerse duros de concreto y nos comienza a doler el alma, lo que ganamos apenas nos alcanza para pagar piso, carro, comida, luz y agua, después llegan los taxes, impuestos de coches, ahhhhh y el dinero que se envía para Cuba ese nunca falta a fin de mes, a esto se le agrega desde medicamentos, ropa y todo lo que necesiten, allí se quedó nuestro pilar la familia y cuando llega el fin de año como zombis celebramos y reímos pero nuestra risa es amarga pensando en las arrugas en la piel de nuestra madre y en las caras de nuestros hermanos, aquí ha sido nuestra gran escuela, nuestra gran lucha, ya no somos cubanos ya no somos de ningún sitio aunque tengamos la nacionalidad, mueren nuestros seres queridos y muchos no hemos podido viajar a dar el último adiós, no podemos estar en casi ningún cumpleaños y se escucha a través del teléfono cumpleaños feliz, siempre en las llamadas, de allá llegan las quejas, no hay, no hay, no hay……. esto está malísimo, y desde esta parte solo se escucha, que les hace falta, que necesitan y nos callamos nuestro dolor, nuestras frustraciones, nuestros dolores, nuestras enfermedades y seguimos ahí bastión de toda la familia, si tenemos lágrimas nos la tragamos y siempre mostramos la mejor sonrisa, nos da felicidad hablar con ellos, ayudarles. Nos hacemos responsables de sus problemas y también de los nuestros. a todos nosotros que hemos sido guerreros, hemos sido estoicos en aguantar los golpes, aguantar un frío que se nos cala en los huesos, aguantar muchas veces racismo, e incomprensión, para todos nosotros un aplauso.
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