Más de 41.000 reses murieron el año pasado en la provincia de Camagüey, debido a la desnutrición y al mal manejo del rebaño, según un análisis del Pleno del Comité Provincial del Partido Comunista (PCC), indicó el periódico oficialista Adelante.
Según el medio estatal, las pérdidas se produjeron por falta de comida y agua, y superan con creces las relacionadas con el robo y sacrificio ilegal de ganado mayor.
«Sumado a la baja natalidad» la debacle fue grande si se entiende que el sector ganadero de Camagüey, es el responsable de la cuarta parte de la leche y de la carne de vaca, que se produce en Cuba anualmente.
Los ganaderos de la provincia ahora deben al Estado 11 millones de litros de leche, y el territorio ha decrecido en 5.982 cabezas.
Los incumplimientos también han sido reiterados en los primeros dos meses del año en curso.
Según las autoridades, a causa de «cuestiones organizativas», también se incumplió con las cifras pactadas en lo que refiere a la entrega de carne.
No obstante, la prensa oficialista justifica que la baja producción de leche y carne, está relacionada con la notable disminución de la reproducción del ganado en los últimos 36 años.
Si al cierre de 2019 murieron 25.195 animales, hasta julio de 2020 se reportaban 29.407 decesos, unos 4.212 más, lo que Adelante ve como «un hecho que alarma por el decrecimiento que ello representa en la masa ganadera de la provincia», y el impacto negativo en «la economía del territorio y del país».
Pese a la grave escasez de alimentos que tiene Cuba, a menudo por mala gestión y abandono se pierden cosechas, y hay severas pérdidas en las industrias y otros sectores, por la estatalización de la economía, lo que redunda en una crisis que empeora por día al tiempo que crece el hambre y la miseria de la población.
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