La promesa de Donald Trump de deportar a millones de migrantes en situación ilegal en EE.UU podría favorecer a la industria carcelaria privada según analistas.
En su campaña electoral Trump avisó que el sistema penitenciario del país era un desastre, y mostró su apoyo a las prisiones privadas.
La población de las prisiones federales habían experimentado una tendencia decreciente, pero en el pasado mes de agosto Obama anunció que dejaría de usar algunas instalaciones privadas.
El Departamento de Justicia reveló que las cárceles privadas tienen más problemas de seguridad que las prisiones gestionadas por el Gobierno.
Este cambio de política anunciado por Obama no afectaba a las cárceles privadas empleadas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduana,sin embargo varios funcionarios federales manifestaron que podrían considerar la eliminación paulatina de estas instalaciones privadas pues el presidente electo Donal Trump, opina lo contrario que su predecesor.
«Creo que podemos hacer muchas privatizaciones y prisiones privadas. Parece que funcionan mucho mejor».
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas retiene actualmente a 34.000 migrantes que estarían a la espera de deportación.
Michael Kodesch, de la firma de servicios financieros Canaccord Genuity Inc. declaró:
“Los centros de detención para migrantes son especialmente beneficiosos para empresas de prisiones privadas porque tienen una tarifa más alta por cada reo”.
Bob Libal, director ejecutivo de Grassroots Leadership (ONG que trabaja para reducir la tasa de encarcelación y detención), señaló que “lo que es bueno para los inversionistas no lo es para el país”.
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