El director de cine cubano Juan Carlos Cremata decidió quedarse de manera definitiva en Miami agobiado por la censura en Cuba.
Cremata, de 54 años, viajó a Estados Unidos en abril, invitado por el PEN Club de Nueva York, para participar en el World Voices Festival, ahí decidió abandonar cuba y convertirse en un refugiado.
“Cuando sentí que en Cuba ya no me iban a permitir ni siquiera ‘disparar un chícharo’” dijo Cremata en una entrevista a El Nuevo Herald al ser preguntado sobre las razones para abandonar Cuba.
“Mi madre se enteró sólo unos días antes de mi partida. Sufre callada. Como muchas, cientos, miles y millones de madres cubanas”, dijo Cremata.
“Algunos funcionarios presionaron a los pocos amigos que me ayudaban para que no lo hicieran. Sin pronunciar una palabra, estaba claro de que no me dejarían hacer nada más”, añadió Cremata, que asegura que se le confinó a un “perfil bajo, que es como la muerte en vida”.
“Pude haberme quedado antes. Sin embargo, sentía que debía y podía hacer todo lo posible por abrir en nuestro país nuevos caminos a la tolerancia, al respeto mutuo, a la comprensión del otro, a la libertad de expresión. Pero, si se te cierran las puertas, tienes que saltar por una ventana”, dijo Cremata.
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