En precarias condiciones vive un anciano de 77 años, en Alto Songo, Santiago de Cuba, el cubano ha llegado a su vejez sin nada, sus necesidades no están cubiertas, y prácticamente duerme a la intemperie, tras haber sido saqueado por el régimen castrista en dos ocasiones, recogió un reportaje de la periodista Yadira Serrano Díaz para CubaNet.
«Tenía dos propiedades que fueron herencia familiar y los comunistas me las robaron. Me quitaron todo. Una la robó el gobierno cubano y la otra se la vendieron a una persona sin mi consentimiento. No me han dado nada», explicó José Armando Martínez Nieves.
Según el adulto mayor, en el terreno donde hoy se encuentra el restaurante «El Rosal» ubicado en Alto Songo, donde reside, existía una Ponchera, propiedad de su familia, pero en 1963 se la confiscaron.
Hasta la fecha el Gobierno cubano no ha indemnizado por las expropiaciones ni a Nieves, ni a ningún otro heredero de las propiedades que confiscó.
José Armando ha sufrido doble las confiscaciones, porque también le fue expropiada forzosamente la tierra donde ha vivido desde que nació.
Martínez Nieves asegura el régimen se la vendió a una persona que él no conoce, y tampoco ha habido indemnización.
El hombre ha llegado a la tercera edad en la miseria, logra subsistir gracias a la venta de algunos productos que cosecha en este mismo terreno, además recoge materias primas a cambio de un abusivo pago.
«Yo vendo lo que aparece, cualquier cosa, fongo, guayaba, lo que sea. Pero lo que más hago es recoger latas para venderlas en los centros de acopio de materias primas. Así hago un peso hoy y otro mañana, que no me alcanza ni para comer», confiesa.
Para no dormir a la intemperie Martínez Nieves construyó una especie de ranchito minúsculo, tras perder su casa con el azote del huracán Sandy en 2012, durante siete años ha vivido en estas condiciones infrahumanas.
Por su parte autoridades del Gobierno le han dicho construyen una casa para él, pero la edificación comenzó hace cinco años y aún no concluye.
Mientras tanto el anciano vive en un lugar con un tamaño aproximado de un metro de ancho y dos de largo, sin habitación y con una letrina improvisada.
La casa que le construyen las autoridades no cumple con los requisitos de “vivienda mínima habitable”, ya que carece de piso, puertas y ventanas, también faltan todas las instalaciones eléctricas, hidráulicas y sanitarias, pero el Gobierno no lo autoriza.
Martínez Nieves quiere mudarse aunque falten estas condiciones, porque donde vive es mucho peor.
«Me quiero mudar así mismo, porque aún con todo lo que le falta es una mansión comparada con el ranchito donde vivo. Pero no puedo porque todavía no me dan el certificado de habitable».
A su edad José Armando ha perdido las esperanzas y cree firmemente que el régimen lo que espera es que se acabe de morir para terminar la vivienda y dársela a otra persona.
El veterano sirvió al régimen de Fidel Castro en 1966, cuando participó por nueve meses en la Lucha contra Bandidos en la Sierra del Escambray, durante este período la recién instaurada «Revolución Cubana» se dedicaba a cazar, torturar y ejecutar a opositores alzados en ese territorio.
De acuerdo a Martínez Nieves recientemente le avisaron para darle una medalla, pero el hombre no la quiso, asevera lo único que quiere es que le devuelvan sus propiedades y que concluyan su casa.
Su situación se ha complicado aún más porque ya presenta serios problemas de visión.
El médico le informó que sino lo intervienen quirúrgicamente pronto puede quedarse totalmente ciego.
Pero el anciano tampoco tiene condiciones en ese lugar para recuperarse tras la operación, explicó se ha resignado a quedarse ciego.
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