Arrestado por la Policía cubana y acusado de «actividad económica ilícita», un campesino radicado en el municipio de Caimito, Artemisa, «su delito», administraba una pequeña fábrica de quesos dentro de su finca, y luego los vendía a restaurantes de La Habana, informa Diario de Cuba.
El Ministerio del Interior (MININT) encontró en el allanamiento a la Finca Santa Ana, instrumentos que le permitían al campesino elaborar el queso.
Según el reporte emitido por el noticiero estatal, como parte de las acciones ejemplarizantes para atemorizar al pueblo cubano, el hombre entregaba «70 litros de leche», según sus propias declaraciones, lo que implica que estaba dejando de entregar al Estado 80 litros de leche, resumió Omar León Placeres, subdirector provincial de Agricultura.
El directivo indicó que encontraron además «tres tractores en la finca, dos que son de su propiedad, pero hay uno que pertenece al municipio de Bauta y está ahí sin ninguna documentación. Sin la autorización de las direcciones municipales de Agricultura de Bauta y Caimito».
En el operativo salió a relucir que el campesino «consumía electricidad de forma ilegal.
«Detectamos un doble tiro que provoca que el metro contador deje de funcionar, violando el Decreto Ley 260 artículo 1», precisó un funcionario de la estatal Unión Eléctrica de Cuba.
Las autoridades decomisaron 316 litros de leche, dos pesas, cántaras, 140 litros de cloro, moldes, 353 libras de queso, tanques de procedencia industrial de acero níquel, una máquina selladora de nylon y otros recursos. Además le cobraron 368.639 pesos cubanos, después de estimar el consumo de energía que supuestamente dejó de pagar.
Las críticas en las redes sociales no se hicieron esperar, ya que los cubanos están hartos de que se les presente a los emprendedores como delincuentes, en un país en el que la prosperidad es un pecado.
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