A María Ramírez de Mendoza, quien estaba embarazada, le diagnosticaron Zika en abril, después de experimentar síntomas, como erupciones y dolor en el cuerpo, en diciembre. Cuando su bebé nació, los médicos le aconsejaron a la venezolana de 37 años que sometiera a la recién nacida a varias pruebas para medir el impacto del virus.
La pequeña Micaela Milagros Mendoza, quien pesó 8 libras y 1 onza, no presentaba ninguna señal visible de que el virus del Zika que su madre había contraído durante el tercer mes de embarazo había causado alguna complicación.
Según Mendoza, los médicos mantuvieron a Micaela en el Hospital Infantil Holtz, del Jackson Memorial, durante dos semanas y media. Y la sometieron a las pruebas: un ultrasonido del cerebro, y después una tomografía del mismo órgano. También le hicieron una punción lumbar y le examinaron los ojos.
El ultrasonido mostró algunas señales preocupantes: Micaela tenía calcificaciones en una parte del lóbulo frontal. Otro examen reveló una cicatriz en forma de círculo en la retina del ojo izquierdo, síntomas que pueden ser provocados por varios tipos de virus, como el del sarampión y el citomegalovirus, así como la toxoplasmosis, explicó la Dra. Audina Berrocal, oftalmóloga del Bascom Palmer Eye Institute del Sistema de Salud de la Universidad de Miami.
“Las pruebas mostraron que había un proceso infeccioso en esa área de la retina”, dijo Berrocal, quien pertenece el equipo de respuesta al Zika de UHealth que atiende a Micaela. “Las calcificaciones son como los remanentes de una infección, un proceso inflamatorio en esa área del cerebro”.
Después de todas las pruebas y de que los médicos descartaran otras causas potenciales, la única explicación posible era el Zika.
A Mendoza y a su bebé las enviaron a casa, ya que no hay tratamiento para el virus. Micaela, quien ahora tiene 8 semanas de nacida, ha mantenido una vida normal desde que llegó a casa.
Mendoza dijo que los médicos le han prescrito a la pequeña terapia física al menos dos veces a la semana. También recibirá tratamiento de seguimiento durante el futuro predecible, como electroencefalogramas, para medir la actividad eléctrica del cerebro, y mediciones mensuales del cráneo para determinar su crecimiento.
Los doctores pronostican posibilidades de que la bebé quede poco afectada por el virus del Zika.
1 Comentario