Policía en Río de Janeiro confisca fusiles de guerra procedentes de Miami

La Policía incautó el jueves en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro 60 fusiles de guerra que estaban escondidos en un contenedor con calentadores para piscinas procedente de Estados Unidos, informaron fuentes oficiales.


En el cargamento, específicamente procedente de Miami, fueron encontrados 45 fusiles AK47, 14 fusiles AR15 y uno del tipo G3, armas de grueso calibre consideradas de guerra en Brasil y cuyo uso en el país es exclusivo de las Fuerzas Armadas.

Se trata del mayor decomiso de este tipo de armas en una única operación en los últimos 10 años en la ciudad más emblemática de Brasil, en la que son recurrentes los enfrentamientos armados entre bandas de pistoleros que se disputan el control de los puntos de ventas de drogas.

En la operación realizada en el terminal de cargas del aeropuerto internacional de Río de Janeiro y que permitió la detención de cuatro personas participaron agentes de la Comisaría Especializada de Armas Municiones y Explosivos de la Policía Civil del estado de Río de Janeiro.

El decomiso fue posible gracias a una investigación que se prolongó por un año y a las informaciones obtenidas por escuchas telefónicas autorizadas por la Justicia.

La investigación fue iniciada con la incautación de un arma utilizada en el asesinato de un policía en Sao Gonzalo, municipio de la región metropolitana de Río de Janeiro, cuyo número de fabricación permitió rastrear su origen.


De acuerdo con la secretaría regional de Seguridad Pública, con el decomiso del jueves se eleva a 250 el número de fusiles aprehendidos por las autoridades en los últimos 150 días en Río de Janeiro.

“Decomisamos 92 fusiles en el último mes sin realizar ni un sólo disparo”, conmemoró el secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro, Roberto Sá, al recordar una operación realizada por la Policía el mes pasado en la favela de Cidade Alta en la que fueron incautados 32 fusiles en manos de pistoleros que preparaban la invasión de una barriada vecina.

Los fusiles son las armas preferidas por las bandas de narcotraficantes que ejercen control en varias de las principales favelas de Río de Janeiro debido a que les permiten atacar a la Policía desde las posiciones que ocupan en la cima de los cerros por los que se esparcen las barriadas pobres.

Según los datos oficiales, la tasa de homicidios en Río llegó a caer desde 49.7 muertes por cada 1,000 habitantes en 2007, un año antes de la implantación de las llamadas Unidades de Policía Pacificadora (UPP), hasta 28.7 muertes en 2012, pero desde 2013 volvió a crecer y en 2016 ya era de 37.6 muertes.

En números, los asesinatos cayeron desde 7,699 en 2007 hasta 4,666 en 2012, pero volvieron a crecer hasta 6,248 el año pasado.

(Con información de el Nuevo Herald)


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