Migrantes cubanos apuestan por Chile para pedir refugio político, pero la travesía sigue siendo difícil

La Misión Estar en Frontera que brinda apoyo a migrantes que pasan por Bolivia en una travesía hasta Chile, ha asistido a decenas de cubanos que están pidiendo asilo político.


María José Pascual, religiosa de la orden Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, dice que los migrantes cubanos pasan por la zona fronteriza boliviana de Pisiga para ingresar a Chile; la religiosa cuenta con un centro de acogida de migrantes situado en la alejada zona.

Pascual comentó que los cubanos persiguen cruzar la frontera para solicitar refugio político en Chile.

En los últimos meses, esta tendencia ha sido reportada por Martí Noticias; y deja ver que los isleños han girado la brújula a países del sur latinoamericano, luego de que la administración Obama derogara la política “pies secos/pies mojados” en enero pasado.

“Yo sé que están pasando los cubanos regularmente, no hay problemas en la frontera con ellos”, dijo Pascual.

En los últimos meses otra nación suramericana que también ha sido blanco para el arribo de cubanos, ha sido Uruguay.


La religiosa también comentó: “Muchos narran eventos de los que son víctimas durante el trayecto, incluyendo extorsión, malos tratos y robos”.

Acerca de una supuesta orden del gobierno de Evo Morales para impedir el paso de los antillanos, la mujer que trabaja para la Misión Estar en Frontera alegó: “Ya se va normalizando todo”.

“Van llegando cubanos pero menos que antes. En el mes de octubre y noviembre ya subimos a 292. Se ha regularizado bastante. Llegan pero ya menos”, acotó.

“Nosotros vamos a ver si hay gente los traemos a la casa porque ellos no saben que hay hermanitas (…) no les dicen dónde estamos entonces se quedan a dormir allá afuera (…) donde hay un viento muy fuerte”, argumentó la monja; quien apunta que si bien ahora llegan principalmente cubanos, en el pasado han recibido colombianos y ecuatorianos que quieren llegar a tierras chilenas.

Refiriéndose a los cubanos, la religiosa dijo a diario La Patria: “vienen en familias y venden todas sus cosas, entonces ya no pueden volver”.

María José revela que los que llegan a Pisiga, continúan un recorrido que empieza en Guyana y sigue hacia Brasil, y varias ciudades bolivianas hasta topar con Chile.

“Solamente de Guyana al Brasil son 18 horas (…) es fuerte”, confesó la hermana.

(Con información de Martí Noticias)


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