Las joyas que utiliza Cuba para arropar los habanos

Se llaman humidores, probablemente los hayas visto en alguna película o en el Museo del tabaco en Cuba. Son unas cajitas pequeñas de madera donde se guardan los puros. Dicen que, si los colocas bien en estos cofres especiales, el habano tendrá el mismo sabor natural y el olor característico de la hoja cuando está fresca. No se trata de una caja cualquiera, los humidores evitan que el cigarro se desintegre o se deseque.


Cuba, además de tener el mejor habano del mundo tiene también los mejores humidores que puedas encontrar. Si no lo sabías cada año se hacen subastas en el Festival del Habano, donde se han presentado piezas especiales de maderas centenarias, adornadas con detalles en oro, plata, bronce, marfil y piedras semipreciosas.

El propio Fidel Castro firmó 3 humidores del fabricante cubano José Ernesto Aguilera Reina, que luego fueron subastados desde 2006 en cada festival de La Habana y el dinero recaudado, según el gobierno, se destinó a Salud Pública en la Isla.

Aguilera es famoso en Cuba y el mundo entero, no solo por la belleza y el tallado de sus piezas, sino también por ser el creador de estuches extremadamente curiosos, como el humidor de control remoto que luego de accionar un botón en un mando, abre todas sus gavetas, por eso fue subastado en 450 mil euros. El historiador de La Habana, Eusebio Leal recibió también un secreteo especial de las colecciones privadas de Aguilera en su pasado cumpleaños.

Un humidor especial a Compay Segundo, dedicó Osvaldo de las Nieves Menéndez, otro de los grandes fabricantes cubanos quien creó además un modelo del Siglo XIX, que incluye cristales. También es famoso por fabricar uno a la imagen y semejanza del que perteneció al presidente norteamericano John F. Kennedy, hecho completamente en cedro y de unos55 cm de largo x 6 de ancho.

Estas pequeñas joyas de madera logran que se conserve el habano, porque solo pueden ser fabricadas en su interior con cedro español, cedro rojo americano o caoba hondureña, maderas que absorben completamente la humedad. Además, cuentan con un higrómetro y un sistema de humidificación para medir la temperatura y el grado de humedad del aire que se recarga con agua destilada.


Un clima adecuado para almacenar los habanos

El secreto de un buen puro es el aroma y su textura natural. Si están secos la hoja se quemará de forma desigual y no se producirá el humo tan elegante que desprende un habano de calidad. Por eso, los humidores son tan útiles, pues conservan el tabaco cubano a una humedad de 65 a 72 % y a una temperatura de 16 a 18 grados centígrados.

El tabaco es un cultivo muy codiciado, pues no se da con facilidad en muchas regiones, exceptuando Canarias y Centro América, donde se encuentra Pinar del Río como la tierra donde se dan las mejores hojas para torcer habanos en el mundo. En estas zonas la humedad es alta, por eso las plantaciones se dan, pues la humedad relativa siempre está entre el 60 y 70 %.

Probablemente, los habanos no hayan sido tan famosos internacionalmente, de no haberse creado los humidores. Es que sin una conservación adecuada y un ambiente estable se producirían infecciones de parásitos que pudren completamente el cigarro.

El secreto también parte de los campesinos y torcedores cubanos que no dan el acabado de un habano sin antes haber cumplido con rigurosidad los controles para el cultivo, fermentación secado y almacenamiento.

En Cuba existen humidores de todo tipo dependiendo del tamaño del puro, algunos tienen la forma de las casas cubanas del siglo XIX con ventanas y el techo puede abrirse de forma muy fácil. El decorado de los humidores cubanos es especialmente hermoso. Los hay con tallas directas en la madera, otros tienen serigrafías hechas con tintas y técnicas especiales, o con marquetería, mediante la cual se unen varias piezas de maderas naturales de diferentes colores.

El fumador y político británico Winston Churchill visitó Cuba en 1947 y se le acuñó una vitola con su apellido. Tal vez no seas tan adicto a los puros cubanos como Churchill, pero si estás de visita en la Isla entre los meses de enero y febrero, no pierdas la oportunidad de acudir al Festival del Habano. Tal vez puedas ver lo que más vale y brilla de estas joyas que conservan el mejor tabaco del mundo.


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