El vía crucis de los bicitaxistas en La Habana para sobrevivir al acoso policial

Bicitaxis, La Habana (foto de Diario Las Américas)

Los inspectores de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), y los policías cubanos se dedican a hostigar al incipiente sector privado en la Isla, pero más de treinta chóferes de bicitaxis entrevistados por Diario de Cuba coincidieron en que la actividad que realizan por cuenta propia, es una de las que más acoso recibe por parte de las autoridades.

Abelito tiene 28 años, y desde hace cinco es dueño y conductor de un bicitaxi.


«Tener un bicitaxi es prácticamente un delito en La Habana», lamenta el joven.

Por su parte, Andrés David Fuentes, bicitaxista de Centro Habana, detalló: «las multas nos llueven porque son muchas las restricciones para la circulación de un bicitaxi. No podemos salirnos de un límite que es absurdo, si en definitiva quienes damos pedales somos nosotros».

«No nos afecta tanto el impuesto como las multas arbitrarias, que casi nunca tienen razón y son por los timbales de algún policía o de un inspector», apuntó.

Fuentes reveló que es muy común los multen con 700 o hasta 1.000 pesos en moneda nacional, o los amenazan con retirarle la licencia operativa, y hasta decomisarles el vehículo.

Un oficial de la policía en diciembre pasado desatendió un altercado callejero para multar a Abelito con 700 pesos por sacar su bicitaxi del parqueo, y caminar hacia Galiano, cuenta el joven emprendedor.


Finalmente pudo llegar a un acuerdo con el policía, y lo sobornó con 300 pesos.

Los conductores de bicitaxis pagan mensualmente 60 pesos de impuesto sobre sus ingresos personales, sumando otros impuestos derivados de su licencia, parqueo y mantenimiento del triciclo.

Lázaro Torres, dueño y conductor de un bicitaxi que hace piquera en Manrique y Reina se queja: «a eso añade las multas. No conozco a un solo bicitaxista que al menos una vez al mes no tenga que pagar una o sobornar a un inspector, a un policía o a ambos».

«Nuestro trabajo consiste más en esquivar policías e inspectores que en transportar personas», aseguró.

Los inspectores cuestionan a los trabajadores privados que se dedican a transportar pasajeros, dónde adquieren las piezas de repuesto, gomas, etc…

Otro entrevistado Maikel Ascuy, dijo que no cuentan «con ninguna institución judicial para reclamar nuestros derechos y contra el abuso».

Según el también conductor de bicitaxi la policía le ha pedido el «carnet, la licencia», y «los papeles del triciclo», saliendo de su casa.

«Hacerte de un triciclo nunca será en menos de 500CUC, y si tienes suerte. Una inversión grandísima si tienes en cuenta que en este país la caña está a tres trozos y va a peor. Después están las piezas, que la mayoría tienes que mandarla a hacer, las gomas, el tapizado que te exigen como requisito», contó.

Una trabajadora de la ONAT en la capital cubana, identificada como Luisa piensa que la mayoría de las irregularidades que cometen los bicitaxistas es resultado de la «camisa de fuerza» que les han impuesto.


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