El Gobierno cubano culpa a la administración Trump de crear “obstáculos” que impiden cumplir el compromiso de las 20.000 visas anuales

Los ataques perpetrados a los diplomáticos estadounidenses en La Habana, provocaron que EEUU retirara de su embajada a la mayor parte de su personal, aun no se dilucidan las causas por las que los funcionarios norteamericanos enfermaron, pero Cuba ha acusado este lunes a Estados Unidos de crear “obstáculos” que dificultan el acceso de los ciudadanos cubanos a los trámites consulares, con el pretexto de supuestos ataques acústicos a la embajada de Washington en la capital, e impiden cumplir el compromiso de otorgar 20.000 visas anuales para los antillanos, recoge el diario independiente 14ymedio.


El director de temas bilaterales con Estados Unidos del Ministerio de Exteriores de Cuba, Yuri Gala ha culpado a la administración Trump de crear “obstáculos para el cumplimiento de sus obligaciones, específicamente en lo concerniente al otorgamiento de las 20.000 visas de migrantes anualmente”.

El funcionario aseguró que EEUU cumplió durante 2016 y 2017 con la cantidad de visas estipuladas, pero vaticinó que “al parecer este año no sucederá por la suspensión de las labores consulares en la Embajada de Washington en La Habana”.

El Gobierno de la Isla incumple con la Convención de Viena, no garantiza la seguridad de los diplomáticos extranjeros en su territorio, y reclama a EEUU por no cumplir con el número de visas acordadas.

Como 14ymedio apunta este 2018 “Washington trasladó las gestiones consulares en La Habana a su embajada en Bogotá y más recientemente a la de Guyana tras reducir al mínimo su misión diplomática en Cuba debido a incidentes de salud de origen desconocido que han obligado a evacuar a 26 funcionarios estadounidenses”.

En un principio el Departamento de Estado de EEUU calificó estos incidentes como ataques acústicos, más tarde reconoció no saber de qué naturaleza eran los ataques, de todos modos el Gobierno norteamericano culpó al régimen de La Habana de saber quién los perpetró y de no haber protegido adecuadamente a su personal, sin embargo Cuba niega que esto sea cierto.


La cancillería de Cuba ratifica que no existe “una sola prueba o causa probable para los síntomas que reportaron los funcionarios”, y acusa a la actual administración estadounidense de tomar “decisiones unilaterales, infundadas y políticamente motivadas”.

Con los acuerdos que se rubricaron en 1994 y 1995, Washington y La Habana se comprometieron a mantener una inmigración “segura, legal y ordenada”; el acuerdo llegó luego del arribo a costas estadounidenses de una oleada masiva de balseros cubanos, por ello EEUU se comprometió a conceder 20.000 visas al año a ciudadanos cubanos.

Al final de la presidencia de Barack Obama, el 12 de enero de 2017, cuando el ex mandatario eliminó con efecto inmediato la política migratoria “pies secos/pies mojados”, ambos gobiernos anunciaron un nuevo acuerdo migratorio.

Cuba se comprometía entonces a recibir a sus nacionales deportados por tratar de entrar ilegalmente a Estados Unidos, así como a “garantizar el derecho a viajar y emigrar de los cubanos y de regresar al país”.

(Con información de 14ymedio)


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