Coaccionan a testigos para que se retracten de la denuncia inicial, en el caso de un preso que falleció por brutal golpiza en Unidad Policial de Placetas

La hermana de Alejandro Pupo Echemendía, quien falleció el pasado 9 de agosto bajo custodia policial en Placetas, Villa Clara, denunció que las autoridades están presionando a los testigos y familiares de la víctima para que corroboren la versión oficial de lo sucedido.


Ramona Pupo Echemendía, afirma que su hija y un testigo se retractaron de la denuncia inicial, coaccionados por la policía, en entrevista grabada por el opositor Jorge Luis García Pérez Antúnez.

Según Ramona la policía insiste en que su hermano murió a causa de golpes, que el mismo se propinó.

Yarisleydis, la hija de la hermana del fallecido fue conducida a la unidad policial de Placetas junto a su esposo, Jorge Félix Díaz Cruz, y se retractaron de las acusaciones iniciales a las autoridades.

“Ella nunca se ha visto en estos casos, vio al niño, su niño de cuatro años alterado y la coaccionaron. La amenazaron, le dieron un papel para que leyera todo lo que tenía que decir”, comentó su madre.

“Y yo tengo testigos de que él (Alejandro Pupo Echemendía) entró a la policía sin golpes”, agregó y explicó que el testigo es Abel Santiago.


Santiago ahora niega su testimonio, de acuerdo a Antúnez, pues dice sus declaraciones fueron manipuladas.

“Eso es mentira. Él vino solo aquí y nadie lo manipuló. Siempre nos dijo que estuvo preso con él (Alejandro) y vio como le dieron los golpes”, aseguró la hermana del difunto.

El hombre de 46 años estaba detenido en la estación de Policía, porque lo estaban investigando por un supuesto delito de carrera de caballos, apunta Martí Noticias.

La viuda de Pupo Echemendía, Elizama Mujica Cabrera dijo que la policía mantuvo el cadáver escondido en un cuarto, cuando se dieron cuenta vieron las huellas visibles de una golpiza.

El lunes pasado, la familia solicitó la exhumación del cadáver “porque los militares de la Policía siguen diciendo que ellos no son responsables, que nadie le dio golpes y que él se murió de un infarto”, contó una activista de derechos humanos, Jani Corrales, residente en Placetas.

De acuerdo a Corrales, pudo confirmar “las huellas de las esposas” y marcas de bastonazos “en la espalda” del hombre.

(Con información de Martí Noticias)


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