Clásico Mundial 2017: Venezuela, decepciona y se va por la puerta de atrás

Cuando parecía que, con una constelación de estrellas, Venezuela podía escalar a los más alto del IV Clásico Mundial de Béisbol, terminó por decepcionar a todos con una eliminación a las puertas de las semifinales.


La asignatura de timonear al club “vinotinto”, al menos, por ahora, ha sido desaprobada por Omar Vizquel, manager debutante. Junto a él, el Gerente General, Carlos Guillén, también tiene cargos por su pésima manera de tratar a jugadores consagrados, y el peor ejemplo es el del torpedero de los Mets de New York, Asdrúbal Cabrera, quien quedó fuera del roster y sintió un dolor imborrable.

Pero en materia beisbolera, los venezolanos, con un team que aparentaba meter miedo, quedaron a deber en todos los aspectos de juego. Imagínense, en un equipo plagado de jugadores estrellas de la MLB, donde está Miguel Cabrera, José Altuve y Carlos González como piedras angulares del line up, pocos habrían reparado en pensar que, Martín Prado, sería el líder remolcador de carreras.

Todos sabemos de la calidad de Cabrera, astro en el mejor béisbol del mundo, y sin justificar, es válido acotar, que estos jugadores están en pleno entrenamiento de primavera. Aun así, “Miggy”, sonó un jonronazo importantísimo en el juego extra ante Italia, y levantó a un equipo que, de momento, parecía que no podía con el golpeo de los europeos.

Al final, el resultado se veía venir. Venezuela, que admitió récord en jonrones (13), y un WHIP (1.72) verdaderamente vergonzoso, fue amordazado en el duelo de segunda ronda ante República Dominicana, con una espesa lechada y 14 ponches a la artillería.

Una sola base robada, de Alcides Escobar, de los pocos que lucieron sólidos con el madero (línea de .429/.455/.524), fue toda la huella que dejó una selección con jugadores en pleno apogeo en su historial desde que llegan a bases.





Seamos críticos y a la vez dóciles: A estos jugadores de alto nivel, que pertenecen a franquicias y han firmado contratos millonarios, no se le puede exigir mucho más. Cada esfuerzo, cada vibra de amor por la camiseta y la bandera, tiene que ir por ellos. Lamentablemente, hay muchos que sienten el compromiso, y otros la pasión por vestir el traje de su país. Esto, por el momento, nada lo solucionará.

Los mejores ejemplos de entrega, están en la actuación de Miguel Cabrera, Rougned Odor y Alcides Escobar —sobre todo— que, de alguna manera, hicieron saber a corazón su interés por dejar la piel en el terreno.

Cabrera, inició su juego 23 en Clásicos Mundiales, los mismos que tiene Venezuela en el evento de cuatro ediciones. Odor, pegó dos vuelacercas, jugó pelota caribe, siempre con el uniforme “sucio”, aun sabiendo que no sería el jugador titular. Y que más mérito, el alcanzado por Alcides Escobar, quien luego de jugar 162 partidos con los Reales de Kansas City en 2016, y regresar al play off en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, pidió con todo honor y dedicación, un puesto en la selección “vinotinto”.

Los fanáticos de Venezuela, tendrán que esperar cuatro años más, a 2021. Por ahora, el sueño de discutir el cetro en el mayor evento que involucra a selecciones nacionales en el béisbol mundial, es una pesadilla.


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